La selección española femenina de balonmano no podrá revalidar la medalla de plata que logró hace cuatro años en Londres, tras caer ayer por 26-27 en la prórroga ante Francia en un encuentro de cuartos de final en el que las numerosas exclusiones con las que fue castigado el equipo español arruinaron su excelente primer tiempo.

En la primera parte, España estuvo comandada por Silvia Navarro. La portero del Rocasa Gran Canaria cerró los 30 minutos iniciales con un espectacular 55% de paradas. Las Guerreras pasaron por encima de su rival, al que dejaron en solo cinco goles (12-5).

Esta renta parecía que animó a las colegiadas rusas Alpaidze y Berezkina a castigar con una exclusión tras otra, además de una tarjeta roja directa a la tinerfeña Eli Chávez, cada intento de defensa del equipo español, que privado de la más mínima posibilidad de defender su portería se vio abocado a la prórroga (23-23).

En el tiempo extra, España dispuso de un último lanzamiento para forzar otra nueva prórroga, pero el disparo de Nerea Pena, máxima goleadora del partido con trece tantos, se estrelló en el palo, condenando a la selección a una amarga derrota.

Un resultado que nadie hubiera podido prever tras el excelente arranque de partido del conjunto español. Las de Jorge Dueñas, a base de agresividad, anticipación y, sobre todo, de piernas, muchas piernas, cerraron todos los caminos posibles al gol a la selección francesa y llegar con siete tantos de ventaja (12-5) al descanso.

Esta notable renta pareció destensar al conjunto español en el arranque de la segunda parte. Esto alimentó las esperanzas de remontada de Francia. España, lastrada por la numerosas exclusiones con las que fue castigada, vio cómo se reducía paulatinamente su ventaja hasta quedarse en nada. Un resultado de 23-23 llevó el encuentro a la prórroga, donde se consumó la derrota del equipo nacional español.