La trayectoria de España en el torneo olímpico de balonceto no ha sido un camino de rosas. Muchas críticas recibieron los jugadores y el cuerpo técnico tras las primeras derrotas contra Croacia y Brasil, y de ganar por los pelos a Angola. El escolta Juan Carlos Navarro, capitán del equipo, dedicó el triunfo frente a Francia y el pase a semifinales, con ironía, a los "muchos" que no han creído en ellos y que "otra vez se subirán al carro".

"Estoy bastante emocionado. Quiero dedicarle esto a los aficionados que creen en nosotros, a los que no, que hay muchos, y que otra vez se subirán al carro, a mi familia, amigos y a todo el baloncesto español", aseguró. Para el catalán, "esta selección se merece un reconocimiento" por volver a estar en las semifinales olímpicas, pero advirtió que "aún" no se han colgado la medalla.

Por su parte, Sergio Rodríguez destacó que, ante Francia, España saltó a la cancha sabiendo "lo que había que hacer" y lo han ejecutado "de la mejor manera". "Habíamos preparado el partido bien, pero no pensábamos que iba a ser de esta manera. La verdad es que hemos estado todos increíbles, muy concentrados, muy motivados", explicó el base tinerfeño .

Mientras, Sergio Scariolo, seleccionador español, confesó que para él "ha sido un placer ver la exhibición de baloncesto colectivo" que realizó su equipo en los cuartos de final: "Solo cabe felicitar a todos mis jugadores, sobre todo por implementar el plan del partido de una manera tan profunda, tan atenta en ataque y en defensa y por mantener un nivel de concentración alto durante prácticamente todo el partido".

"Es cierto que les conocíamos bien, que era un poquito más fácil prepararnos con el conocimiento que ya teníamos de ellos, como decía Calde, solo nos faltaba saber los nombres de sus padres y sus madres. Pero luego hay que llevarlo a la cancha y saber que el adversario sabe también lo que habíamos hecho en otras ocasiones", analizó el técnico. Nikola Mirotic , el más destacado, indicó que no sabía si el de ayer fue su mejor partido, pero sí reconoció que se trataba de "uno de los más importantes" de su carrera.