¿A qué sabe la gloria? Seguro que a algo parecido a lo que sintieron ayer las jugadoras de la selección española femenina de baloncesto cuando se consumieron ayer los 40 minutos de partido en el Carioca Arena de Río de Janeiro. Ahí, en ese escenario, las chicas de Lucas Mondelo abrumaron a Serbia con una pétrea defensa y batieron con claridad al combinado balcánico para asegurarse la plata en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Todo con la participación de las grancanarias Leticia Romero, Leonor Rodríguez y Astou Ndour.

Gran éxito del baloncesto femenino español, que suma esta medalla a las tres que consiguió la selección masculina en Los Ángeles 1984, Pekín 2008 y Londres 2012. El partido realizado ayer por las de Lucas Mondelo rondó, y más tratándose de una cita de este nivel y esta exigencia, la perfección. Inexpugnable en defensa para unas serbias que sufrieron lo indecible para anotar y sobrevivieron gracias a una suplente Sasa Cado (12). Apenas hubieron noticias de dos de sus mejores jugadoras como son Ana Dabovic y Sonja Petrovic.

Pero no solo en defensa tocó la perfección España. También al otro lado del campo, en ataque, estuvo colosal Laura Nicholls (13 puntos, 12 rebotes, 3 tapones y 23 de valoración), a la que fueron acompañando a lo largo del partido Astou Ndour (14 puntos, 6 rebotes, 3 tapones y 18 de eficiencia), Silvia Domínguez (10) y Alba Torrens (14), la estrella del equipo español, que fue la que cerró el choque al inicio del último cuarto, con un arreón sensacional.

Ahora España espera por el rival de la final con el que se peleará por el oro olímpico. Un rival que saldrá del Francia-Estados Unidos -sin acabar al cierre de esta edición-. Casi con seguridad serán las estadounidenses, que llevan cinco oros consecutivos y 47 victorias seguidas en el torneo olímpico y que ya superaron con contundencia a la Roja en la fase de grupos (103-63).

Será un reto casi imposible, de una dificultad máxima. Sin embargo, pase lo que pase España ya logró a por lo que venía a Río, a por una medalla. Y, como poco, será de plata. Un hito nunca alcanzado en el baloncesto femenino nacional.

Dominio total

Siempre con España llevando la iniciativa, los primeros minutos fueron igualados (7-6), pero un 7-0 con cuatro puntos de Palau llevaron al marcador una ventaja de ocho a 3.40 del final que se amplió a once al término de un primer cuarto primoroso de las de Mondelo en ataque y, sobre todo, en defensa (20-9).

Fue ese primer cuarto una gran labor coral de la ÑBA con sus principales figuras anotadoras, Torrens y Ndour, un tanto en un segundo plano. No obstante, por entonces apareció una invitada inesperada, la tiradora Sasa Cado, que con su tiros certeros desde la larga distancia mantuvo viva a una Serbia superada en los diez primeros minutos, pero mejor con el caminar del cronómetro del Carioca Arena.

Que la escolta suplente balcánica llevase 10 puntos explicaba el 33-28 con el que se llegó al descanso después de que España estuviese casi cuatro minutos del segundo cuarto, los primeros, sin anotar. Un mal trago que resolvió la grancanaria Leticia Romero junto a Astoun Ndour, acompañada siempre de Nicholls y Torrens.

Lo mismo le pasó a Serbia al regreso de los vestuarios, que se quedó colapsada por la defensa española durante seis minutos en los que probablemente se le fue la final olímpica, ya que, lanzada por su espléndida defensa y el trabajo de Nicholls y Ndour en la pintura, fueron abriendo boquete en el marcador. Una renta que ya fue insalvable para las balcánicas.

Para cerrar el asunto, España se empleó un poco más a fondo. Primero con un 8-0 que cerró Nicholls y puso el 41-28; más tarde un 44-30 con un triple de Silvia Domínguez y finalmente un 53-36 con canasta de Ndour antes de que la respuesta de Cado dejase el 53-38 con el que terminó el tercer cuarto.

Otra canasta de Cado al empezar el último periodo fue el canto del cisne de las balcánicas, a las que apuntilló Alba Torrens en los primeros minutos del último cuarto. Con el partido decidido, España aún se fue de 19 puntos a dos minutos de un final de encuentro al que se llegó con un 68-54 que explica claramente lo ocurrido en el partido. La plata ya está en el bolsillo. Ahora toca soñar.