La rítmica española volvió este domingo al podio olímpico, veinte años después del oro de Atlanta'96, con la medalla de plata conseguida por el conjunto, que solo sucumbió ante la enésima muestra de maestría del equipo ruso, oro por quintos Juegos consecutivos.

Las españolas terminaron primeras la rotación inicial, con las cintas, y las rusas cayeron a una insólita tercera plaza tras perder un aparato al comenzar su ejercicio, pero remontaron con una milimétrica ejecución en el ejercicio mixto, el mejor que se ha visto en todos los Juegos.

Rusia ganó el oro con 36,233 puntos, España la plata con 35,766 y Bulgaria el bronce con los mismos puntos, aunque quedó en tercera plaza por tener menor nota de ejecución (17,866 por 17,776).

Alejandra Quereda, Lourdes Mohedano, Elena López, Sandra Aguilar, toda ellas ya 'conjunteras' en los Juegos de Londres, y la debutante Artemi Gavezou dieron a España su décimoquinta medalla de estos Juegos -después llegaron la del baloncesto masculino y el mountain bike-. Un grupo de gimnastas ya maduras, que decidieron aguantar un ciclo olímpico más para intentar quitarse el mal sabor de la cuarta plaza de Londres y que ayer encontraron recompensa.

Después de quedar primeras el sábado en la ronda de clasificación, con dos ejercicios espléndidos y sin fallos, las españolas debían mantener el nivel para asegurarse el podio. Con el difícil papel de abrir la final, el conjunto que entrenan Anna Baranova y Sara Bayón volvió a clavar su ejercicio de cintas: un 17,800 (17,783 el sábado) premió una ejecución limpia de una composición llena de riesgos, con lanzamientos al límite a los que las gimnastas siempre llegaron.

Las rusas tenían que hacer una gesta para volver al primer lugar del podio y la hicieron. Su ejercicio de despedida fue un engranaje perfecto de dificultades, riesgos, recogidas sin un paso de más, belleza y dominio escénico. Una coreografía valiente y novedosa dio al bloque una impresión de total perfección, que los jueces premiaron con un 18,633, la mejor nota de la final.

Las búlgaras, que llegaron a Río en difíciles circunstancias tras el accidente en junio de una de sus componentes, Tsvetelina Stoyanova, regresaron a un podio que no pisaban desde 2004.

España ganó el primer oro olímpicos por conjuntos en 1996, en el año del debut olímpico de esta disciplina, y desde entonces no había vuelto a los puestos de honor. La cuarta plaza de 2012 fue luego su mejor resultado.

Rusia es el único país que ha metido al conjunto en todos los podios olímpicos, en 1996 en el bronce y desde 2000 ininterrumpidamente en el oro. Por detrás del podio completaron la clasificación Italia, Bielorrusia, Israel, Ucrania y Japón.