Hay una foto maravillosa de Paulino Rivero en una rueda de prensa del Gobierno de Canarias: en ella sale el hombre justo delante del cartel con el escudo de Canarias, y como resulta que don Paulino es bajito y no muy corpulento, pues sólo tapa parte del escudo de los perros ahora sin perros, y queda flotando sobre su testa plebeya la corona. Alguien me mandó esa foto hace un par de semanas y a veces, cuando no tengo nada que decir y quiero inspirarme para escribir alguna tontería (como hoy mismo) me dedico a mirarla fijamente, en detalle. Tiene don Paulino en esa foto un aire irrealmente real muy surrealista, que funciona como una de esas imágenes holográficas de nuestra infancia, aquellas que repartían los curas, en las que -al moverlas- aparecía Fray Escoba en dos momentos distintos, una vez con la escoba a la izquierda y otras a la derecha. Recuerdo haberme pasado las catequesis barriendo con la escoba del frailito zumbón durante horas, hasta que venía una monja y me tiraba de las patillas.

La foto paulina es más aburrida. En ella no se mueve nada, pero les juro que siempre que la miro pienso que va a venir alguien -lo más monjil que tiene don Paulino a su vera es San Javier González- a darme un pescozón o a dejarme sin orejas. O sea, que miro la foto con cierta aprensión infantil, pero también con ese regusto adrenalínico de saber que me la juego por travieso. A veces veo en la foto al monarca absoluto de Isla Banania, o sea, una isla que está justo en la mitad del Presupuesto, rodeada de plátanos por todos lados. Ayer la foto real -que tengo en la mesa de mi despacho- se me reveló con la misma eficacia que la holografía de Fray Escoba limpiaba el polvo en la sacristía? y es que descubrí que don Paulino no acaba aquí. Él no quiere sólo ser presidente de la república asociada que viene, sino primo borbón (o similar dinástico) reyezuelo con corona, armiño y todo lo demás, de ese territorio imaginario que es el nacionalismo en expansión.

Ayer nos lo dejó meridianamente claro: estaba respondiendo a no sé qué cosa sobre la Reserva de Inversiones, ésa que cuando habla con los ecologistas quiere dedicar a plantar petunias y cuando lo hace con los sindicatos para reducir el paro, cuando se reúne con los empresarios quiere dedicar a cualquier cosa que les apetezca, y cuando mira su propio presupuesto, quiere meter en el Tesoro. Estaba respondiendo a eso, y hablaba de que hay que acabar con la crisis económica, y que para eso hace falta consenso, y que él ha sido el inventor del consenso (no sé qué dirían Carrillo y Abril Martorell), y que con el consenso y una botella de agua se va a todas partes? y por fin se le escapa el delirio: que le habló al Rey -al de verdad- de la necesidad de recuperar el diálogo y el consenso, y fue el Rey pocos días más tarde y le copió y dijo y propuso exactamente lo mismo. [Aquí silencio parlamentario.]

Y yo viendo la foto? la foto? la foto? La de Fray Escoba no. La otra.