Coincidiendo con los cien años del comienzo de las obras de la iglesia de Arucas, se va a festejar asimismo el centenario del nacimiento en aquella ciudad del pintor Santiago Santana a quien casi todo el mundo relaciona su venida a este mundo con la villa de Moya, acaso sea porque el artista pasó allí su niñez y juventud, a donde su padre, zapatero de profesión, se trasladó con la familia. Fue en Moya, como recordó en una ocasión Juan Rodríguez Doreste, donde descubrió Juan Delgado Casabuena asiduo visitante porque tenía en aquel municipio importantes propiedades agrícolas, las cualidades artísticas que para el dibujo tenía Santiago por lo que lo recomendó al director de la Escuela Luján Pérez, Juan Carló quien lo acogió bajo su protección, permaneciendo en aquel centro desde 1922 hasta 1932, año en el que con una beca del Cabildo de Gran Canaria marchó a Madrid para perfeccionarse.

Santiago Santana no sólo fue principalmente pintor indigenista sino que, a pesar de la modestia que siempre le caracterizó, se dedicó también a otros menesteres relacionados con las Bellas Artes, pues fue un consumado autor de decorados para obras teatrales principalmente de autores canarios, como algunas para la escenificación de representaciones de varios de los cuentos de Pancho Guerra, así como para algunas óperas interpretadas por grupos teatrales de las islas. Santiago Santana fue asimismo funcionario del Cabildo creemos que desde la época de Matías Vega, circunstancia que aprovechó Néstor Álamo para utilizarlo en sus muchas y variadas restauraciones, como la Casa de Colón, principalmente. Porque lo que Agustín Conch fue para Néstor traspasando al pentagrama las canciones que éste le tarareaba en cualquiera de las mesas del desaparecido y nostálgico "Bar Polo" del Puente de Palo, Santiago Santana reflejó con sus dibujos en el papel la idealización de los proyectos de restauración y embellecimiento de algún mobiliario urbano o paisajístico isleño, tarea a la que dedicó muchos años el cronista de Gran Canaria. Santiago Santana fue, igualmente, un destacado colaborador del arquitecto Miguel Martín Fernández de la Torre para el que trabajó en aquel despacho de la casa terrera de la calle León y Castillo, frente al Cine Royal.

Santiago Santana fue, en suma, uno de los artistas importantes de nuestro mundo cultural, junto a sus contemporáneos Plácido Fleitas, Eduardo Gregorio y Felo Monzón, entre otros. Porque, además de pintor, se le consideró siempre un consumado dibujante, técnica que utilizaba con facilidad para bosquejar las obras que luego plasmaría en el óleo. Famosos han sido sus dibujos, sobre todo aquellos que plasmó en sus cuartillas durante la primera estancia en Madrid y que proporcionó material suficiente para la organización en 1968 en el Aula de Cultura de Tenerife de aquella exposición titulada "Dibujos del viejo Madrid" donde cautivado por aquellos paisajes urbanos de la época recogió rincones nostálgicos y evocadores de la Villa del Oso y del Madroño. Importante fue asimismo la exposición que La Caja de Canarias le dedicó en 1987 y a la que corresponde el autorretrato ilustrativo.

Por estas y otras razones no hemos querido permanecer ajenos a la fecha del centenario del nacimiento de Santiago Santana que el ayuntamiento de Arucas pretende celebrar en estos meses. Y no hemos querido estar ausente de la efeméride porque gozamos desde muchos años atrás hasta su fallecimiento de su amistad, de sus conversaciones amenas y pausadas, de sus confidencias para desahogarse de algunas actuaciones o actividades que no eran de su gusto.