Impresiona pasar por la antigua Carretera de Tamaraceite y ver la ermita de San Antonio Abad, una de las joyas de nuestro patrimonio histórico insular. Ha quedado semienterrada por los avances en las comunicaciones de nuestra Isla y más concretamente situada en el sótano de la Circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria. Tanto la ermita como su entorno (lo que iba a ser un gran parque agroambiental de la ciudad en la época de Soria) ha estado abandonada de la mano de Dios, y nunca mejor dicho, ya que la iglesia, su propietaria, es la que echa una manita de albeo y chapoteo de vez en cuando.

Para que no se pierda les voy a contar sus cuatro siglos de historia. Según los documentos que hemos podido barajar, ha tenido que ser reconstruida en varias ocasiones.

Los primeros datos de este edificio los tenemos en el s. XVII haciendo referencia a unas inundaciones. Más concretamente, en 1641, cuando sólo llevaba un año construida, un temporal hizo correr el barranco de Tamaraceite, inundándose la misma. Se veían nadando las vigas, tablas y tallas a pesar de que ésta se encuentra a más de 25 metros del lecho del barranco.

La ermita actual es del siglo XVIII. No se sabe con exactitud una fecha más precisa. En ese siglo estaba bajo la advocación de San Buenaventura y San Sebastián y se le puso este nombre por devoción del coronel de los Reales Ejércitos, Don Jacinto Falcón. Fue construida sobre las ruinas de la anterior, que quedó arrasada por un incendio en una tormenta de verano. Algunas de las imágenes fueron salvadas del incendio y llevadas a otras parroquias. Según el historiador Sebastián Jiménez Sánchez, la imagen de San Sebastián que actualmente está en la iglesia de San Lorenzo perteneció a la ermita de la mayordomía.

A finales del siglo XIX, una de las últimas familias dueñas de la finca, Doña Úrsula Quintana, introdujo las fiestas de San Antonio Abad y la Virgen de los Dolores. En el año 1919, la mayordomía fue adquirida por el maestro de escuela D. José Rivero Viera, que reformó el frontis, añadiéndole la espadaña y las bolas que rematan las esquinas.

Francisco López y también su padre fueron mayordomos de la finca en esta época, antes y después. La familia de Doña Clara Sintes y Matías Vega Guerra fueron los últimos dueños de la finca de la mayordomía y la ermita hasta que la cedieron a la parroquia de Tamaraceite.

La ermita de la Mayordomía, actualmente propiedad de la parroquia de San Antonio Abad, está situada aproximadamente a un kilómetro de la iglesia parroquial y a pocos metros de Las Perreras y La Guillena. Probablemente había antes un oratorio-cementerio para uso de los primeros dueños de la finca. Los mayordomos vivían en las casas cercanas que están en ruinas (de ahí proviene el nombre de mayordomía).

Está formada en su interior por un salón principal grande y otra pequeña dependencia que es la sacristía. Su techo es de gran altura, donde las ventanas, no muy grandes, sólo dejan entrar algo de luz. La decoración es algo rudimentaria. También fue cementerio de niños. Todo el pavimento está preparado para enterramientos tanto de personas mayores como de niños. En la sacristía y el presbiterio hay sepulturas destinadas a niños.

A finales del s. XVII se edificó el cementerio de San Lorenzo, donde enterraban a los naturales del lugar y a los de Tamaraceite.

A comienzos del siglo XX fueron donados unos terrenos cerca del cruce entre Teror y Arucas, al lado de la gasolinera, para edificar un cementerio en Tamaraceite. Dichos terrenos fueron donados al Ayuntamiento de San Lorenzo por Don Emilio Arencibia Pérez, pero el proyecto no llegó a ejecutarse por la oposición de los vecinos de la Cruz del Ovejero, que no querían tener un cementerio cerca.

Poco después de la anexión del Ayuntamiento de San Lorenzo con el de Las Palmas se construyó el cementerio de Tenoya, para desahogar en parte al cementerio de San Lorenzo.

Finalmente debemos señalar que las grandes piedras que están junto a la ermita se utilizaban para competiciones de arrastre en las fiestas de San Antonio Abad y justo detrás de la ermita estaba situada la empaquetadora de plátanos.