Está visto que tener costumbres fijas no es sano. Basta recordar lo de Carrero Blanco; tenía la mala costumbre de ir todos los días a misa del alba haciendo idéntico recorrido, por lo que ETA tuvo fácil mandarlo a la cornisa de un gran edificio que hay por la zona.

En Cuba circula un rumor por el que se sabe que Fidel no dormía dos noches seguidas en la misma cama. Yo debo ser como aquél, pues frecuento lugares con asiduidad. Ésa es la causa de que andaba yo ensimismado por la calle Mayor de Tria-na, cuando divisé al amigo derechoso, que parece me esperaba.

-¿Qué te pasa? Te veo preocupado. Fueron sus palabras.

-El horno no está para bollos. Si vas a decir algo, rápido. Tengo prisa.

-Sólo comentar la urgencia que le ha entrado a Jerónimo Saavedra por pactar con Coalición Canaria, cuando los arrumacos de ésta con el PP son pornográficos. Lo que ha dicho habrá dejado a Rivero y a Soria partiéndose de risa. ¿Se olvida de que ambos sustentan el pacto desde el lavado recíproco de graves casos judiciales que les afectaban, y que el mismo durará toda la legislatura?

Caso de darse ese tan deseado pacto, ¿para quién sería la presidencia? ¿No crees que ya la edad hace que le patine a Saavedra la cabeza?

-No sé -contesté-; haga el ridículo cuanto quiera. Sí me apena verlo en el papel de dama despechada, deseosa de entablar relaciones con el galán al precio que sea, bastando la indignidad con que se rebaja para que despierte mucho mayor rechazo.

-Insisto, la edad al alcalde le pasa factura. Chochea. Hace tiempo lo veo por libre en un partido en el que la disciplina no se la salta nadie. No entiendo a qué juega. Idealismo viene de idea, por lo que su idea está más que prostituida por un positivismo de salón. Yo, que estoy en sus antípodas, le reprocho que sea tan desleal con López Aguilar, máximo responsable de su partido en Canarias, y no lo respete como a él le gustó que hicieran cuando tuvo igual cargo.

-Mira, esto no lo arreglas tú ni yo, por lo que dime, ¿quién invita?