Lo chocante es la desidia de los poderes públicos frente a los privilegios que, como una bola de nieve que viene rodando desde hace once años (convenio colectivo firmado con AENA en 1999), nadie quiso o nadie pudo detener hasta ahora. Tan sencillo como utilizar el Boletín Oficial del Estado en nombre de los intereses generales. Sólo se le ocurrió al actual ministro de Fomento, José Blanco, quien, dicho sea de paso, se está convirtiendo en potente brazo político de un Gobierno en horas bajas.