Túnez y Egipto son dos emporios turísticos que, por la calidad de sus servicios, precios, la impresionante reserva cultural y el clima, consiguen multimillonarias cotas de turistas. Sin embargo, las actuales circunstancias -el pueblo, al fin, empieza a revolucionar contra dictaduras- frenan las entradas. Y las agencias se ven en la imperiosa necesidad de buscar nuevos destinos para no devolver euros. Y se fijan en Canarias: entre febrero-marzo se espera aquí a doscientos mil europeos desviados, que llegarán a trescientos mil.

O lo que es lo mismo, "los rusos" se van a quedar sin placenteras estancias a bajo coste en la Santa Semana. Los aborígenes, salvadores de gravísimas situaciones ante muy baja ocupación en otras temporadas, deberán conformarse con casetas, caravanas, viajes de ida y vuelta en el día. Porque este año todo será para los europeos: se ha llegado a la sublimación de los ideales comerciales (a fin de cuentas, se trata de la todopoderosa base económica de Canarias: sin turismo, leche cacharro).

Usan los empresarios turísticos un verbo, fidelizar (nuevo en la lengua, será incluido en la 23ª edición del DRAE), que significa 'conseguir que? clientes? permanezcan fieles a la empresa'. Por tanto, esta absoluta ocupación (que nadie se arraye el millo, se debe solo a convulsiones en Túnez y Egipto) se traducirá -supongo- en contrataciones laborales (es necesario mucho más personal), en calidad del servicio, en exhaustivos controles de los precios y de los apartamentos, viejos muchos de ellos. Sin embargo, algunos son dados a ignorar las nefastas experiencias acumuladas cuando las Canteras y el Sur grancanario creyeron que los chonis lo serían a perpetuidad, que eran simples, sanacas, y que con sol, salitre y copas tenían bastante. Sé que, abajo, algunos casi han duplicado precios en servicios varios, en restaurantes, y que otros quieren seguir con el mismo personal. ¿Volveremos a caer en lo de siempre, en la torpe y necia estafa? Esta coyuntura es provisional, los dictadores huyeron. Y si todo se estabiliza en Túnez, Egipto, ¿tornarían a Canarias aquellos turistas desviados a los que se timó estúpidamente?