Debe ser una broma de verano pero ayer un señor de Fomento y Optimización de Recursos Canarios en Energía, chiringo que desconocía por completo y que depende de la Agencia Canaria de Investigación, lanzó a la canícula que aquí en las islas tenemos mucho que decir sobre energía eléctrica en África, "ya que lo que sucede en Canarias también ocurrirá en otras regiones continentales".

Parece coña, porque no solo antier mismo se bajaron los plomos en toda la isla, en pleno siglo XXI, sin tormenta, rayo, sismo ni volcán mediante, sino porque la experiencia en amperios que acumulamos aquí es para irse y apagar la luz.

El optimista portavoz de la ocurrencia asegura, tras encendérsele el bombillo, que "el usuario pasará de ser un sujeto pasivo a interactuar con la energía y tendrá en su casa "placas solares o molinitos" que le permitirán generar su propia energía e, incluso, venderla a la red.

Alguien le debería recordar que el 8 de febrero de 2006 estallaba el caso eólico, un intento fallido de plantar molinillos en el Archipiélago que aún sigue en los tribunales en cortocircuito. Nuestros hermanos africanos seguro que tienen más luces, y no se merecen esto.