Hasta hace unos meses, Júzcar no era más que un pueblecito blanco de la provincia de Málaga preñado de encanto por su paz y monocromía. Algo así como Mijas, pero sin guiris ni burrotaxis. Un núcleo coqueto de apenas 250 vecinos medio perdío en la Serranía de Ronda, por donde Curro Jiménez y El Algarrobo hacían de las suyas en la España del XIX. Pero en junio pasado a Júzcar le dieron la vuelta como a un calcetín.

Y todo porque la productora Sony Pictures puso sus ojos en sus paredes inmaculadas y sugirió customizar su iglesia y todas sus casas -menos la de un valiente que se negó todo indignado- de un color azul Nivea intenso para promocionar el estreno en España de Pitufos en 3D. Esta curiosa forma de publicitar la película disparó la popularidad del pueblo (ver fotos en Google) un tiempo, con el consiguiente incremento del turismo y del orgullo de su alcalde, David Fernández, muy contento "por ser el regidor del Primer Pueblo Pitufo del Mundo".

Ahora, viendo el mismo bitono que está cogiendo Telde en parterres, muros y faros, servidor se pregunta qué acuerdo puede haber alcanzado Mari Carmen Castellano -que no la Pitufina- con los de Sony. O si no estaba de oferta el verde menta...