"No entiendo nada, compañero. Nos hemos pegado dos batacazos insuperables y parece que es normal: el secretario general del partido sigue siendo el mismo y se supone que va a permanecer mudo para siempre, hasta que lo sustituyan. Por cierto, ¿por qué no dimite? En mi agrupación las opiniones están muy divididas, por no decir enconadas, por no decir maltrechas. ¿Debería dimitir ZP y dejar que una gestora nos llevara hacia el congreso? Todos callan u otorgan, no sé qué es peor, ni mejor. Almunia lo hizo, y no salió tan mal. En fin, pudo salir peor, pero en 2004 gobernamos, hasta el otro día. Rubalcaba ha anunciado su candidatura. A las alturas en las que me pienso esto, nadie más ha salido todavía. Se espera a Chacón, y algunos dicen que a otros u otras. Yo aspiro a ser delegado y pasar a la historia, no sé si de la infamia o del futuro, pero a la historia. Un viejo militante me dice que ha visto esto muchas veces, incluso que lo ha visto peor. Que cuando Felipe renunció al marxismo fue mucho más dramático, y que los cincuentones de ahora no nos acordamos de lo que pasaron los de entonces. Fíjate lo despistado que estoy que todavía creía que seguíamos siendo marxistas, al menos en el análisis. Pues parece que tampoco, que somos socialdemócratas como mucho, aunque en los Estados Unidos nos puedan considerar izquierdosos peligrosos y que Ruiz-Gallardón, ministro de justicia, sea lo más parecido a un militante radical del partido demócrata de allí. Cosas veredes.

Me siento un poco huérfano, de padre y de madre. No me consuela una oposición constructiva y seria, como la que parece que vamos a hacer, después de todas las bofetadas que nos han dado. Tampoco me atrae ese debate de las ideas que parece que nunca se ha hecho ¿es que no teníamos ideas sobre la banca, los mercados, la explotación, la igualdad, etc.? Creía que sí pero compañeros más jóvenes me dicen que no, que hay que "refundar" el partido. A veces pienso que esto se parece a un Barça-Madrid, o viceversa."