Las consecuencias de la crisis económica, provocada por la avaricia de una élite mundial que ostenta toda clase de poderes, las vienen pagando la parte mayoritaria y más vulnerable del país. Ese contexto es utilizado como pretexto para llevar a cabo toda clase de recortes sociales y de derechos, el desmantelamiento de la Sanidad y la Educación, y la defensa de privilegios fiscales a los que más tienen y el trasvase de dinero público al privado, formado por un conglomerado de grandes empresas ajenas al interés general, especuladores y oligopolios financieros.

En nombre del empleo se privatizan servicios públicos primordiales, se propone que los parados realicen trabajos para la comunidad, olvidando que han cotizado previamente, despreciando el desasosiego y la penuria en la que viven. En nombre del empleo se vulnera la mismísima Constitución, interpretándola perniciosamente y modificándola sin consulta ciudadana.

En nombre del empleo se decreta una norma que reforma las relaciones laborales situándolas en el neoliberalismo más salvaje.

En nombre del empleo no se creará empleo, los parados alcanzarán la cifra de seis millones de personas, la economía decrecerá. Por tanto, el reclamo electoral se convierte en una genuina manera de mentir, de falsificar las palabras y los hechos para ostentar el poder y dar continuidad a la dinámica infernal de defender los intereses de una minoría extendiendo la pobreza a la mayoría de la sociedad.

En nombre del empleo, se facilitan miles de millones de euros a los bancos y no se impiden los desahucios, ni la ausencia de créditos, ni la especulación como modo de vida económico.

En nombre del empleo, se devalúa encubiertamente la moneda, reduciendo la capacidad adquisitiva de los ciudadanos, bajando sueldos y congelando pensiones y subiendo los precios de los servicios más esenciales, incluyendo los alimentos y las medicinas.

En nombre del empleo nos engañan, institucionalizando la mentira, lesionando nuestra dignidad para luego esclavizar a nuestros hijos, convirtiendo la democracia misma en un fraude.