Se llama "activos del ladrillo" a toda la carga de títulos de propiedad y derechos de crédito sobre suelo que inundan las bodegas de la banca española. En realidad, ni son activos (sino pasivos), ni del ladrillo (en su mayor parte son puro suelo, y a veces prados), pero el caso es que estando en las bodegas de los bancos tienen a la flota inmovilizada y en riesgo, por lo que se piensa en desembarcarlos, dejándolos apilados en el muelle como lo que son: un stock y no una mercancía en circulación. El problema está en que ningún muelle los quiere. Sin embargo, en España a medio y largo plazo hay una demanda subyacente grande de vivienda. ¡Qué ocasión para montar con ese stock una sociedad mixta que garantice la provisión de suelo para viviendas a precio accesible durante más de una década, asegurando un retorno parcial a la banca y cobrándole un canon a largo plazo por asegurárselo!