La Academia de la Historia sigue negando a Franco la condición de dictador. Psicofonía en Cuelgamuros: «¿Que yo no era dictador? ¿He dado un golpe de Estado, ganado una guerra, hecho correr la sangre precisa, represaliado a media España, ahormado la conciencia de generaciones de españoles a mis valores, dictado leyes inmutables, determinado lo que había que saber, leer, ver, decir o escribir y lo que no, cuándo podía reunirse la gente y cuándo no y decidido quién mandaba en cada cuadrícula de territorio patrio, todo esto sin responder más que ante Dios y ante la historia, para que ahora la escriban unos historiadores negándome el título de dictador?

Si la losa que cubre mi sepulcro, en el mausoleo diseñado por mí, el mayor construido en la era cristiana, no fuera tan pesada, saldría a dar su merecido a esos difamadores. ¡Ingratos!, ¡después de ganar una guerra para ellos!».