Recortados. Así nos tienen los fieles seguidores del PP de la doctrina Merkel, esa mandataria que, a más de ser una militante del neoliberalismo recalcitrante, le bulle la idea que tan interiorizada tiene de que los españoles somos, de siempre, muy dados a la francachela, la charanga, la pandereta, el timple y la folía, además de manirrotos. Y ahora, a pesar de la aparición del progresista francés Hollande, con el que vienen frescos alisios del Norte, aconsejando no apretar más la soga a los más débiles, siguen contumaces recortando todo cuanto tiene que ver con el Estado de bienestar, que alcanza de lleno a las clases más vulnerables de la sociedad. Hay dinero, "el que haga falta", dicho por el ministro De Guindos, para inyectar a Bankia y no lo hay para evitarle el precipicio a los desheredados de la fortuna. ¿Tiene algún sentido lo que hacen? Ese dinero, que lo hay, ¿por qué no se destina a un bajo interés a la pequeña y mediana empresa, principales creadoras de empleo? Nacionalizan una banca en la ruina, y cuando ésta obtenga beneficios la privatizan de nuevo: el pueblo paga los platos rotos y no será invitado al banquete cuando se repartan dividendos.

La solución merkeliana es recortar los servicios básicos y esenciales como educación, sanidad, servicios sociales, I+D+i, y ahora la justicia, pues el ministro del ramo Ruiz Gallardón le ha dicho al CGPJ que "no hay dinero", por lo que "busquen la manera de unificar partidos judiciales, a fin de reducir costes". Si la justicia se resiente más de lo que ya estaba, no importa, pero ahorramos. Tal vez el desmantelamiento de los partidos judiciales pudiera ser una buena solución en la Península, que cuenta con buenas comunicacio- nes, pero no aquí, en Canarias, desvertebrada y víctima de la insularidad, su orografía y una población diseminada. Además, ¿qué piensan ahorrar en los partidos judiciales de Guía y Arucas, si los edificios son suyos y el agua y la luz corren por cuenta de los ayuntamientos? El drama es el caso de Guía, pues la medida cicatera que proponen significará retroceder en más de dos siglos la justicia en la Comarca.