El Plan Marshall fue el principal plan de EE UU para la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. La iniciativa recibió el nombre del Secretario de Estado de EE UU, George Marshall. El plan tuvo una vigencia de cuatro años a partir de 1947 y durante ese periodo los países participantes (Alemania Occidental, Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Grecia, Islandia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, el Reino Unido, Suecia, Suiza, Turquía) recibieron un total de 13.000 millones de dólares de la época, así como asistencia técnica. El único gran país de Europa occidental que quedó excluido de las ayudas fue España, debido al aislamiento y bloqueo internacional por parte de Francia, Gran Bretaña y EE UU al régimen franquista. El Plan Marshall se repartió entre los países según la renta per cápita. Gran parte del dinero se destinó a los grandes grupos industriales puesto que se pensaba que su regeneración era esencial para la reconstrucción europea. Las primeras partidas importantes de la ayuda fueron a parar a Grecia y a Turquía. El Plan facilitó que las naciones europeas flexibilizaran las medidas de austeridad y el racionamiento, reduciendo el descontento y aportando estabilidad política. Una vez completado el Plan, la economía de todos los países había superado los niveles previos a la guerra y en las dos décadas siguientes, Europa Occidental alcanzó un crecimiento y una prosperidad sin precedentes.

El Plan Marshall se convirtió en una metáfora para hacer referencia a cualquier programa gubernamental a gran escala diseñado para solventar un problema social específico. En un momento en el que se oculta el verdadero déficit del Estado y de las CC AA, hay quien piensa que España está en una situación similar al durísimo periodo de la post-guerra civil y al borde de agotar sus reservas monetarias. Con un 25% de desempleo, una profunda recesión económica, un alarmante descontento de la población y la imposibilidad de pagar la enorme deuda española, sugiero que el Gobierno de España pida a EE UU la creación de un "Plan Marshall para España". Ante una Europa dividida por el fanatismo suicida de la austeridad y unos gobernantes que no nos explican claramente lo que está pasando, este Plan Marshall para España sería la mejor vía para exportar nuestros recursos e importar bienes necesarios para la reorganización y reconstrucción de España bajo una nueva administración y términos que impidan que políticos corruptos vuelvan a fastidiar este país.

Con distinto significado y el mismo sonido, Marshal es una palabra en el idioma inglés que se refiere a la figura del alguacil o sheriff. El cuerpo de alguaciles es la institución más antigua de EE UU y está encargado de ejecutar las provisiones legales emanadas de la autoridad gubernamental. Nació a raíz de una ley de George Washington en 1789 que incluía la creación de otros funcionarios judiciales. A través de los años, estos agentes se encargaron de hacer funcionar las órdenes de las cortes federales: desde mantener los jarrones llenos con agua en las vistas públicas o asegurar la presencia de testigos hasta ejecutar las órdenes de sentencias de muerte. En un sentido amplio, los alguaciles garantizan el funcionamiento del sistema de justicia. A partir de 1979 la organización tomó a su cargo la persecución de fugitivos buscados por las autoridades federales.

No hay un solo día que los medios de comunicación no hablen de imputaciones a políticos que se han comportado como verdaderos gánsteres y cuatreros jugando al Monopoly con el dinero de los contribuyentes cometiendo delitos que van desde malversación de fondos públicos, cohecho, blanqueo de capitales, prevaricación, negociaciones prohibidas a funcionarios, comisiones millonarias a cambio de contratas y planes urbanísticos, evasión de impuestos y mantenimiento de cuentas bancarias en Suiza y en paraísos fiscales. Y eso a pesar de estar muy bien remunerados. Aquí sigue sin haber responsables concretos de que la mitad del sistema financiero español esté catalogado como bonos basura. Aquí no se necesitan comisiones de investigación ni comparecencias públicas para depurar responsabilidades civiles, políticas y penales. Aquí nadie dice nada de lo que puede implicar que el Estado del Bienestar social sea volver a la Beneficencia. Aquí nadie dice nada del reciente diagnóstico del Instituto de Finanzas Internacionales de que las entidades bancarias españolas requerirán 300.000 millones de euros en pérdidas potenciales, más de diez veces la cantidad que el Estado ha inyectado en Bankia. Por mucho menos que arruinar a un banco o derrochar el dinero público, a los cuatreros o ladrones de caballos del oeste americano se les colgaban letreros con "Se busca" hasta que acababan entre rejas por orden del sheriff o del alguacil. Buen día y hasta luego.