La propuesta del empresario alemán Theo Gerlach, propietario de la cadena Seaside Hotels, de rescatar con fondos propios el palmeral de Maspalomas, que se encuentra en un estado lamentable, me recuerda que, desde hace algún tiempo, algunas iniciativas relacionadas con la diversificación de la oferta turística canaria han sido promovidas por emprendedores extranjeros.

Ha dado la sensación de que a los inversores de estas islas, o a algunos de los que se han ungido al carro del recurso turístico insular, provenientes de la Península, sólo les ha interesado el ladrillo, la construcción, hoteles y más hoteles, apartamentos (sin importarles mucho el lugar, la forma o el respeto al medio ambiente) pero no han optado mucho por implantar una oferta complementaria de calidad, tanto en el plano comercial, como en el de ocio o parques temáticos. No ha brillado, precisamente, la imaginación a la hora de cimentar un turismo más sostenible y variado. Ha habido, sin embargo, algunas excepciones como los parques Holiday World, Aqualand o Sioux City, con inversiones españolas, o el mismo Parque Cultural Mundo Aborigen, donde se recogen las costumbres y forma de vida de los antiguos pobladores de la isla por lo que debería ser una visita obligada para los escolares. Y existen otras iniciativas en Canarias, como el Oasis Park de La Lajita, en Fuerteventura, entre otros, que merece la pena destacar.

Ya en el año 1972 Wolfgang Kiessling y su padre, deciden construir el Parque de los Loros en el Puerto de la Cruz, que empezó a funcionar modestamente, con 13. 000 metros cuadrados de superficie, y en la actualidad es un gran espacio con 135.000 metros cuadrados, con los más variados motivos, de exótica originalidad y ofertas lúdicas. Hoy constituye uno de los mejores atractivos turísticos de Canarias y cuenta con el certificado de Biosphere Park Animal Embassy. Desde que abrió sus puertas ha recibido más de 40 millones de visitantes. Kiessling, que además es hotelero, construyó otro parque temático en el Sur de Tenerife, el Siam Park, y propuso instalar algo parecido en Gran Canaria. No cabe duda que el Parque de los Loros ha sido uno de las mayores aciertos concebidos en Canarias, y no solo es visitado por los turistas que llegan a Tenerife, sino por los habitantes de otras islas de este archipiélago que muestran un alto grado de satisfacción.

Pero existen otros extranjeros que han realizado proyectos de interés en las islas. Entre ellos podemos citar al noruego Björn Lyng, que aunque poseía numerosas y variadas empresas que nada tenían que ver con el turismo, fue el creador de Anfi del Mar, con playa artificial incluida, una isla y un muelle deportivo, o de Anfi Tauro, con apartamentos y campo de golf. Igual reconocimiento merece Fred. Olsen, que ha colaborado en el desarrollo turístico y agrícola de La Gomera, y en la mejora del transporte marítimo en Canarias.

Por otra parte, la idea de construir el parque temático Palmitos Park, de Gran Canaria, fue del alemán Klaus Paulmann, pero la inversión corrió a cargo de su compatriota Karl Bocher. El recinto de 200.000 metros cuadrados, donde antes había un palmeral y manantiales, es a la vez botánico y zoológico. Ha sido renovado después del desastroso incendio que asoló la isla de Gran Canaria y que afectó de forma notable al parque. Sus instalaciones han mejorado y se ha ampliado el contenido del mismo. Aves (con espectáculos de loros y rapaces), reptiles, delfinario, acuario, insectos y colecciones de palmeras, cactus y orquídeas forman parte del diverso muestrario biológico que se exhibe en el mismo. Hay que reconocer que la empresa Aspro ha hecho un gran esfuerzo inversor para lograr un centro de calidad e interés para el público en general y para los niños en particular.

Dinamizadores extranjeros de la economía y del turismo en Canarias existen muchos. Primero fue en el campo agrícola o comercial. Algunos han convivido entre nosotros casi toda su vida, e incluso han muerto en esta tierra, considerándose unos canarios más. La lista es larga, pero quiero recordar a la familia Balser, que en un rincón del barrio de Corralillo, en el municipio de Agüimes, levantó un parque de los cocodrilos, aunque, al final, han acogido a otras especies de animales. El Seprona a veces les suministra animales exóticos que han sido aprehendidos al entrar en la isla de forma ilegal, porque aquí, como ya sabemos, se trafica con todo.

Y ya que hablo de este municipio, ahí tenemos a Kurt Fisher, alemán también, que tiene una hermosa finca llamada Falcon Crest, de tres millones de metros cuadrados, y diez mil árboles, y donde se produce uno de los mejores aceites de oliva de Canarias. Reptilandia, situado en el parque natural de la montaña de Amagro (Gáldar) ha sido promovido también por extranjeros. Allí existe una buena colección de reptiles, entre ellos el dragón de Komodo, así como arañas e insectos.

Y si tuviésemos que valorar aún más las iniciativas de extranjeros, figuran unos cuantos científicos que ya desde el siglo XVIII se han ocupado de estudiar la flora y fauna de las islas, o sus aspectos geomorfológicos. Sin ir más lejos a mediados del siglo XX tuvimos aquí al sueco Eric Sventenius que fue el impulsor del jardín botánico Viera y Clavijo de Las Palmas de Gran Canaria, que contiene la mayoría de las plantas endémicas de Canarias, aunque haya también colecciones de otros lugares. Luego vinieron Günther Kunkel y su esposa, que trabajaron en la isla unos cuantos años realizando una labor muy positiva y luego se trasladaron a Almería por desavenencias con el Cabildo Insular. Y ya, por último, hay que citar al gran científico inglés David Bramwell, actual director del Jardín Botánico, al que ha dado un notable impulso en los últimos años.

Así, pues, la idea de Theo Gerlach debería ser bien acogida y considerada. El empresario alemán es propietario de varios hoteles de categoría en el sur de Gran Canaria como el Palm Beach, el Gran Hotel Residencia, ambos en Maspalomas y el Sandy Beach, en Playa del Inglés, así como el Jameos Playa, en Puerto del Carmen. Ha sido galardonado como Excelente del Turismo de San Bartolomé de Tirajana y sus hoteles muy premiados por diversos operadores, debido a la calidad y buen servicio de los mismos. Estamos seguros de que realizará una destacada obra donde estarán garantizados el mantenimiento y la conservación de ese futuro botánico, que, a su vez, constituirá otro atractivo turístico en una zona donde actualmente existe cierta desidia por parte de quienes tienen la obligación de cuidar este espacio natural.