El proceso ha sido dilatado en Vida de un escritor (A writer's life), el reportaje autobiográfico de Gay Talese. Le llevó catorce años escribirlo y en España se publica un quinquenio más tarde de que viera la luz en Estados Unidos y Aguilar publicase el libro en Colombia, en 2009, traducido por Patricia Torres Londoño.

Talese, el escritor de no ficción más importante de las últimas décadas y que más ha influido al menos en las dos últimas generaciones de periodistas americanos, ha elegido siempre los caminos largos. Viaja por carreteras secundarias, atendiendo a lectores sin prisas, más pendientes del paisaje y de los detalles que depara la ruta que del destino. Escribe sin evitar las largas transiciones, puntada a puntada, de la misma forma en que su padre, un emigrante calabrés, trabajaba como sastre, evitando la máquina de coser porque quería sentir la aguja entre los dedos. Recrea las ilusiones de sus personajes sin demasiadas costuras. Con una frase, "Frank Sinatra tenía un resfriado", se ganó el respeto del oficio. Cuando Esquire publicó en 1966 aquel reportaje, Frank Sinatra had a cold, Talese tenía 34 años. Había dejado el New York Times después de diez años, irritado por la insolencia de los editores. No quería limitarse exclusivamente a la noticia telegráfica, "all the news that's fit to print". Vida de un escritor, que en España publica Alfaguara, es la crónica de un hombre que persigue historias y no siempre las consigue. Son las memorias muy elaboradas del periodista sobre el oficio, la excavación arqueológica de un dinosaurio acerca de su propio pasado.

Talese ha sido y es un relativista profundo, cuyo método consiste en buscar otro punto de vista sobre la noticia y en socavar, al mismo tiempo, el que todos los demás manejan. Mira allí donde otros no buscan, descubriendo los pequeños misterios sobre el mundo, que a simple vista permanecen ocultos. En su primer libro, New York: A Serendipiter's Journey, recurrió al magisterio impartido por Joseph Mitchell en el New Yorker para narrar la resistencia de una ciudad y sus habitantes que se resisten a ser arrollados por la modernidad. Más tarde escribiría El reino y el poder, un clásico acerca de la Dama Gris, Honrarás a tu padre, sobre el clan mafioso Bonnano, y La mujer del prójimo, un estudio de la revolución sexual, en la que él mismo se convirtió en un personaje llamado Gay Talese.

Lo que vino después no puede considerarse ni parecido. En 2010, se publicaron, recopilados, sus perfiles encargados por Esquire de figuras deportivas -Joe Di Maggio, Floyd Patterson, Joe Louis y Muhammad Ali- bajo el título The Silent Season of a Hero. Los artículos se encuentran entre lo mejor que ha escrito. Vida de un escritor empieza y termina en 1999, cuando Talese asistía por televisión a la final del campeonato del mundo de fútbol femenino de California. Trata sobre el fracaso, partiendo del penalti decisivo fallado por una joven futbolista asiática, pero está basado también en su propia experiencia profesional. "La imaginé con sus lágrimas en aquel momento en el vestuario. Nada en su vida podía haberla preparado para aquello que debía de estar pasando, pues nunca en la historia de China una sola persona se sentiría tan sola ante tantas". En el libro, que su antiguo periódico, el New York Times, saludó en su día desabridamente como "una suma de decepciones profesionales que culminan en fracaso", Talese incluye autobiografía, sus impresiones sobre el negocio de los restaurantes en Manhattan, un retrato personalizado sobre el oficio periodístico y reportajes sobre la vida de otros, entre los que se encuentra el seguimiento frustrado de la historia de Lorena Bobbit, la mujer que le amputó el pene a su marido. El fracaso es para Talese una derrota a medias. El legendario reportero forma parte de la burbuja coqueta del Upper East Side y ha sabido convertirse, con su ritmo lento, en uno de los personajes de su primer libro sobre Nueva York, a quienes el mundo moderno no podía excluir de la circulación.