No voy a entrar en cuestiones identitarias, ni tampoco en la institucional corrupción a la catalana. No. El debate que se ha abierto con el órdago secesionista de Artur Mas obvia una inquietante realidad fruto de la desnortada política seguida por los dirigentes catalanistas en los últimos veinte años. Si es un error elaborar teorías sin contar con los datos, aquí ocurre al contrario: datos hay y sobran. Urge pues evaluar la situación y su proyección inmediata, así como las formas de aliviarla. Porque al día de hoy, Cataluña es en España (y me atrevería a asegurar que en Europa) el epicentro del islamismo más radical y extremista, que avanza inexorable siguiendo dos ejes: por el valle del Ebro hacia el País Vasco y por la costa mediterránea hacia Castellón y Valencia. Y no es algo casual: la política migratoria de Convergencia y Unión (CiU) fue primar la llegada de extranjeros no hispano-hablantes, a fin de "catalanizarlos" más fácilmente por la lengua, con el resultado de pasar de 70.000 musulmanes a principios de este siglo al medio millón actual, es decir 1/3 parte de toda la población musulmana de España cifrada ya en millón y medio de personas. En esta dirección, el 25 de marzo de 2003 el entonces conseller en cap, Artur Mas, inauguraba en Casablanca una embajada de la Generalitat dirigida por el independentista Ángel Colom, auspiciando la emigración de este país a cambio de que Marruecos apoyara al entramado de empresas catalanas. Da la impresión de que para algunos prebostes catalanistas, como el supuesto Honorable Jordi Pujol, el islamismo radical no es ningún problema... siempre que se exprese en catalán.

La realidad es que al día de hoy buena parte de la comunidad musulmana, de mayoría marroquí seguida de paquistaníes, se ha radicalizado (sobre ¼ parte de la misma según fuentes de toda solvencia), girando sin control. El mismo Colom en el congreso de Nous Catalans (marzo de 2012), abogaba por la apertura libre e ilimitada de mezquitas en toda Cataluña recabando el apoyo de los musulmanes en el proceso independentista, mientras el más prudente Duran Lleida advertía en el Congreso de los Diputados que "en Cataluña, sin crear alarma, hay focos preocupantes de integrismo islamista". Una inquietante realidad enlazable con las declaraciones de Carod Rovira, conocido dirigente de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) cuando en 2009 defendía "seguir construyendo un Islam a la catalana, abierto, acogedor y con vocación universal"... Si en 2004, informes del Comité Regional de la Confederación Española de la Policía (CEP) ya advertían de la radicalización del Islam en Cataluña, recientes informes internos de los Mossos d'Esquadra apuntan ya al agravamiento de la situación: en cabeza se encuentran las organizaciones salafistas (potencial cantera del yihadismo, que han celebrado ya dos congresos secretos o daura, en Reus en 2007 y otro más reciente en Torredembarra), seguido de la espesa y ambigua secta de la Yamaa Al Tabligh, movimientos ambos que por sus peculiaridades doctrinales (lectura fundamentalista e integral del Corán y la Sunna, fomento del apartheid religioso...) constituyen el primer peldaño de la islamización radical, yendo por detrás Justicia y Espiritualidad, organización alegal en Marruecos a caballo entre el sufismo y los Hermanos Musulmanes ( mezquita Rahma del barrio de Sants), la paquistaní Minhaj ul Quran fundada en 1980 y los numerosos conversos agrupados en la Junta Islámica e incluso en la organización neonazi de los Morabitum, presente en Tarragona, así como subsaharianos del Senegal organizados en cofradías sufíes e incluso una minoría chiíta doudecimana formada básicamente por comerciantes iraquíes de la Hermandad Imam Rida, en Barcelona. En poblaciones como Cunit, Vilanova y Geltrú, obviamente Tarrasa y capitales como Tarragona y Lérida, campa a sus anchas, emboscado, el islamismo más radical, imponiéndose con tácticas que incluyen una clandestina policía religiosa.

Sus conexiones oportunistas con el proceso soberanista abierto por Artur Mas y sus nuevos witizanos, son conocidas. En Lérida, la asociación Watani (Patriota) para la Libertad y la Justicia dirigida por Mourad El Boudouhi, ha lanzado un comunicado muy significativo: "Nuestra entidad considera el proceso (independentista) realizado en Cataluña un modelo a seguir para estos territorios norteafricanos", apoyando que "los ciudadanos residentes en Ceuta, Melilla, islas y Peñones, decidan si quieren seguir formando parte del Reino de España o estar dentro del Reino de Marruecos". Si en ciudades como Ceuta los tabligui han montado una base islamista-corsaria, al amparo del pabellón español, los witizanos independentistas catalanes corren con su delirante proyecto el riesgo de ser absorbidos por un Califato. Ya saben: "Con vuestras leyes os conquistaremos y con nuestro Islam os someteremos". Visto.