La rosa es mucho más que un bar, una cafetería o una terraza. Ubicada en la plazoleta Farray de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, acaba de cumplir sus 30 años. Por eso recientemente, agasajados con generosidad por la propietaria de este local, Rosa Baute, Rosi, y su magnífico equipo, Pedro, José, Marcos, Gardel y Servando, pudimos festejar por lo alto el cumpleaños.

Durante largas horas que se prolongaron hasta el fondo de la noche iban y venían innumerables personas de diferentes partes que no quisieron perderse este señalado evento. El costado de la plaza donde se halla la terraza aparecía lleno de gente alegre bebiendo, comiendo y charlando, olvidados de las propias obligaciones.

Celebrábamos, es cierto, 30 años de rosas. Pero también, y sobre todo, asistíamos al homenaje de ese entrañable lugar atemporal de encuentro que tiene todas las edades. Aquellas que con el inexorable transcurso del tiempo nos han venido haciendo hasta hoy. De ahí que "La rosa" esté impregnada de biografías particulares. Es nuestro rostro singular y a vez colectivo, en cuyas marcas un sinfín de memorias ha juntado sus aguas.

Espejo de nuestros afanes y nuestras pérdidas, "La rosa" lleva el sello de las diferentes etapas de nuestra existencia. En su espacio, a solas o en compañía, nos hemos hundido en las noches alocadas de la juventud, hemos ideado nuestros propósitos y planes, hemos desplegado el amor y la amistad y participado de la conversación casual. En igual medida, hemos fabulado ensimismados, disfrutado en silencio del paso de las nubes y de los viandantes, y leído un libro, una revista y la prensa diaria€

Capaz de adaptarse a todo tipo de necesidades, atendiendo a la demanda variable de sus visitantes, "La rosa" se ha convertido en un lugar emblemático que nos permite gozar del día y de la noche. Su terraza la ocupan niños, jóvenes y mayores, destinatarios y testigos de la profesionalidad y del cariño de su propietaria y sus empleados.

A todos ellos, gracias. Gracias a la vida, gracias a "la rosa" por darnos tanto.