Tal y como está el campo, los tertulianos no dudaron en organizar una excursión a las Cumbres, y, arrebujados en el mismo coche, pasaron ayer domingo una jornada espléndida recorriendo parte de Gran Canaria. Salieron a media mañana de Cairasco, y, por la carretera del Centro, entre cháchara y recuerdos, en un pispás llegaron a la Cruz de Tejeda. Han visto cómo en algunos tramos se ha mejorado la carretera, con la rectificación de curvas y la instalación de quitamiedos que resultan más ecológicos. Mientras tomaban café en uno de los acogedores bares del entorno, no tardaron en hablar de la Isla. A Pepe Roque la Isla siempre le ha parecido un ser vivo, y no una roca inerte en medio del mar. Pronto el metódico Marcial la dividió en tres círculos: Costa, Medianías y Cumbres, diferenciados entre sí porque cada uno tiene sus peculiaridades. En efecto, tercia Carmen Fuentes, la ciudad se ha engullido a los pueblos del interior, y la costa, de norte a sur, se ha convertido en cinturón económico, como si fuera un centro comercial en forma de anillo, mientras los pueblos de medianías se mantienen a trancas y barrancas, convertidos en lugares dormitorio; gran parte de la población compra en los súper capitalinos por lo que la actividad de las tiendas de aceite y vinagre se ha reducido brutalmente.

En cuanto a la agricultura, está casi desaparecida y solo durante el fin de semana los campesinos cultivan hortalizas y verduras que colocan en Mercalaspalmas o en los mercadillos rurales. Ventura Codina dice que las Cumbres son otra cosa. Este año el paisaje está sonriente. Parece que las lluvias han sido beneficiosas, la nieve y los almendreros florecidos les han alegrado a las gentes las pajarillas del alma. Muy animados se adentraron en la Caldera de Tejeda y vieron lo hermoso que está el pueblo. Luego siguieron para Artenara donde se encontraron con la Fiesta del Patrón de los Pinares, y, sin esperarlo, saludaron a un sinfín de conocidos. Cuando regresaban, ya por Valleseco, Lino Torres proponía que al ser la isla un ente integral, las instituciones no deben descuidar estos paisajes de montaña y deberían aplicar criterios propios de sostenibilidad y de innovación para que la población no siga huyendo de estas tierras altas. El relevo generacional está en peligro y hay que seguir incentivando los aspectos medioambientales con estrategias que garanticen el mantenimiento socioeconómico y cultural de la comarca.