Con el programa especial de este domingo dedicado al 23 F Jordi Évole y su equipo volvieron a demostrar que hacen la televisión con más talento de España.

Con formato de documental fueron capaces de contarnos una historia con intriga, datos y ficciones. Personajes del mundo de la política, del cine y del periodismo iban hilvanando una historia que te mantenía sentado con un ojo frente al televisor y otro en twitter (100.000 tuits en 30 minutos).

La gente comenzó a sospechar pronto: monárquicos tan militantes como Luis María Ansón, Fernando Ónega o Mayor Zaragoza se estaban prestando a reconocer que el 23 F se montó desde el propio sistema para legitimar el regreso de la monarquía borbónica a España.

En las redes sociales algunos empezaron a escribir que Évole estaba jugando a Orson Welles y La Guerra de los mundos. Otros recordaron el documental Objetivo la Luna realizado por la televisión francesa, donde se contaba que la llegada del hombre a la luna fue una ficción.

El periodista catalán pidió disculpas y explicó que decidieron hacer ese documental-trampa porque 33 años después del golpe de Estado siguen sin desclasificarse los documentos que podrían aportar luces para conocer qué pasó realmente el 23 y 24 d febrero de 1981.

Mientras en otra cadena, en Cuatro, en el programa Cuarto Milenio de Iker Jiménez, se emitía a la misma hora un debate sobre el 23 F, donde participaba Jesús Palacios, autor del libro 23 F: El rey y su secreto. Precisamente la hipótesis que utilizó Jordi Évole para su documental ficción está recogida en ese libro. Defiende Palacios que el golpe del 23 F fue realizado por militares absolutamente leales al rey Juan Carlos. En realidad fue un acto organizado por los servicios secretos, por el propio sistema, para corregir el sistema. Los militares más ultras consideraban que Suárez había ido demasiado lejos en las "concesiones" a los nacionalistas, al reconocer la existencia de "nacionalidades históricas" en la Carta Magna.

El golpe del 23 F debía de culminar, según Jesús Palacios, con un gobierno de transición encabezado por Alfonso Armada y en el que iban a estar representantes de todos los partidos del sistema. Pero pedirle a Tejero y otros ultraderechistas que se formara un gobierno con un ministro comunista era mucho pedir.

A mí me gustó mucho Operación Palace, me pareció un guión muy bueno. No se queda en los misterios del 23F, también nos hace cuestionarnos los límites de los géneros periodísticos.

Pero sería bueno que tengamos en cuenta la parte buena: por fin los apologetas de la monarquía y la transición reconocen que el 23 F fue como una película de Garci para reconducir la transición política y evitar la llegada de una democracia auténtica que desplazara a los poderes fácticos de la dictadura (que algo cambie para que todo siga igual).

La parte mala: que Jordi Évole tuvo que decirles a los monárquicos que a los espectadores se les iba a contar que se trataba de una broma. Los engañó a ellos, aunque delante de las cámaras nos dijo que nos estaba engañando a nosotros.