Aunque parezca imposible, una guerra es posible, y tal vez, de nuevo, sólo el miedo a una hecatombe nuclear la aleje. Ucrania es un punto de fractura entre dos placas tectónicas, y la guerra civil será durante tiempo un escenario verosímil, del que ya hemos tenido un anticipo. En ese escenario es obvio que Rusia no permanecería neutral, y antes o después tampoco podrían hacerlo Europa y USA. Tras el derrumbe de la URSS ha tenido lugar un claro expansionismo de la UE hacia el Este, arrastrada por la fuerza que lleva siempre a ocupar un vacío, por el empeño de Alemania en lograr la centralidad y por el gusto capitalista hacia los bajos salarios en países ya industrializados. Aunque decirlo desde este lado parezca impropio, ¿habrá ido Europa demasiado lejos? Ahora debería ayudar a recomponer la unidad, evitando que suba la temperatura del europeísmo ucraniano, o sea, enfriándolo algo.