Dice el ministro Soria que cuando va por la calle nadie le dice: "Mire usted, estoy preocupado por las consecuencias de las prospecciones de Repsol". Uno se pregunta por qué calles va el ministro cuando visita Canarias. Puede ser que los vecinos de su privilegiado barrio estén más preocupados por la evolución del Ibex o por construir hoteles en cualquier lado que por las prospecciones petrolíferas.

La realidad es que el permiso del Ministerio de Industria, Energía y Turismo a Repsol ha llenado las calles de gente preocupada. Nunca antes habían salido tantos ciudadanos la vez en varias islas para reivindicar lo mismo. El 24 de marzo de 2012 se manifestaron en Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera y La Palma decenas de miles de canarios para rechazar las prospecciones de Repsol. Los organizadores contaron más de 50.000 en total, la delegada del Gobierno aplicó en marzo las rebajas de enero y redujo de forma considerable las cifras. Pero incluso creyendo a Hernández Bento fueron, según la Delegación del Gobierno, más de 16.000 personas las que se manifestaron contra las prospecciones, pero debe ser que nuestro ministro no salió ese día a la calle.

Pero ha habido más manifestaciones contra el petróleo. Y en algunos casos en las mismas calles por las que camina el ministro. Por ejemplo, en Arrecife de Lanzarote. El diez de febrero de 2012 más de un centenar de personas se acercaron a la sede del Partido Popular en la capital conejera. Fue una concentración improvisada que convocaron colectivos ecologistas cuando se enteraron que el ministro estaba en Lanzarote. Como ocurre en todos los sitios que visita nuestro Excelentísimo, la policía dirigida por Hernández Bento rodeó el local. Ficharon a siete manifestantes y los acusaron de "alterar el orden público". Les abrieron expedientes para imponerles multas de 300 euros por manifestarse. Al ciudadano de origen uruguayo José Morales, con residencia legal en Lanzarote, le abrieron un expediente de expulsión. Le aplicaron la ley de Extranjería en sus términos más xenófobos. Luego ha habido varios pronunciamientos judiciales a favor de Morales porque fue expulsado con nocturnidad y alevosía, pero el activista ya estaba en Uruguay.

Morales no ha podido acudir a los juzgados de Lanzarote para defenderse por falta de recursos económicos. Ya que Soria no se encuentra a nadie por las calles de las islas que esté preocupado por las prospecciones, se me ocurre que el pasado noviembre el ministro podía haber aprovechado su "viaje relámpago a Argentina para defender a Repsol" (el titular no es mío, es de un periódico madrileño nada sospechoso de cuestionar al gobierno de Rajoy), y dar el salto a Uruguay, para ver a José Morales y que le cuente su preocupación por las prospecciones petrolíferas en la tierra de su hija de siete años (la niña es conejera y tenía cinco años cuando expulsaron a su padre sin poderse despedir de él). Pero al ministro no le dio tiempo visitar a Morales, estaba demasiado entretenido en Buenos Aires defendiendo los intereses de la multinacional petrolera cuya rama sudamericana fue expropiada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Debe ser que en las calles que visita Soria la gente se le acercaba para decirle: "Señor ministro, señor ministro, no pego ojo desde que me enteré de que los peronistas quieren extraer su petróleo en lugar de dejar que lo saque Repsol".

Y nuestro Excelentísimo, cuando oye la voz de la calle, no se lo piensa dos veces.