En la triste tarde anterior al día en que sus satánicas majestades actuaban en Madrid -triste porque no conseguí entradas- realizaba una pequeña labor de búsqueda libresca en la cuesta de Moyano, cuando me llamó Andrés Pajares. No el actor, bastantes entuertos le ha causado la coincidencia de nombre, sino un periodista de los que ahora llaman freelance, es decir, que mediada la cincuentena y después de haber trabajado en distintos medios con éxito, se tiene que buscar la vida con insólitas colaboraciones. Y la que tenía aquel día lo era: "¿Dónde pueden cenar hoy los Rolling&Stones" Era la pregunta que me faltaba. Después de algunas averiguaciones, le llamé: "Jagger va a ir al 'O'Pazo' a ponerse tibio de marisco." "Lo dudo" me respondió Pajares "no suele comer esas cosas. Me han dicho que van a cenar en alguno de los de la calle Jorge Juan, ¿por qué no te vienes conmigo?" Y allá fuimos. Empezamos nuestro particular ascenso a los infiernos en la calle Serrano, entramos, preguntamos, dejamos alguna propina y el móvil, pero nada. Cuando eran más de la nueve y media, llegamos a la altura del número 27 "More' ¿lo conoces?" "Pues no, pero vamos a entrar, tiene buena pinta y al menos podemos cenar nosotros." Y entramos, había mesa libre en un amplio y agradable salón sin pretensiones pero elegante. Nos atendió una simpática jefa de sala, Mamen, según supimos después, "aunque parezca pretencioso nuestra carta es cocina del mundo con sabores auténticos" No era pretencioso, para empezar dimos cuenta de unos auténticos cangrejos de río, continuamos con un rodaballo a la brasa de inconmensurable sabor, y rematamos con una muestra de excelente stecktartare. Todo ello regado con un magnífico clarete de Viña Sastre muy difícil de encontrar. Enfrascados en las viandas, olvidamos por completo nuestra misión. Pero al cabo de un rato, nos fijamos en una mesa. En ella, de espaldas, un anciano enjuto y de blanco pelo abundante, cenaba y charlaba, poco, con un hombre de mediana edad y una mujer de no tan mediana. De pronto, el anciano se dio la vuelta y nos miró, con una sonrisa, guiñó un ojo y volvió a sus cosas. Era Charlie Watts. "¿Has visto?" "No he visto nada, Andrés. Cenemos en paz y déjale cenar en paz. ¿Acaso vas a publicar esto? Nadie te va a creer." Y Mick Jagger cenó en "O'Pazo', y nosotros y el batería de los Rolling, en 'More" Creo que salimos ganando.