Reconozco mi sorpresa al escuchar la intervención del diputado del PP Miguel Cabrera Pérez-Camacho en sede parlamentaria afirmando: "Nunca he tenido una cena romántica". Desconocía su preocupación por mi vida emocional, cuestión que le adelanto, se encuentra en un estado de plenitud y afectos. Me declaro feminista, comprometida con la defensa de los derechos, la libertad y la dignidad de las mujeres y aspiro a una sociedad con más igualdad entre mujeres y hombres. Seguramente es esto lo que le molesta. Pero además, cuento con criterios suficientes para expresar opiniones avaladas por la experiencia y la formación.

Aunque a usted parece interesarle mi vida personal, no voy a llevar mi respuesta a este terreno. Y aunque usted no esté acostumbrado a manejarse en estos términos, voy tratar de hacer pedagogía política. Reconozco que no será tarea fácil con alguien que hace gala de forma reiterada de una verborrea machista y misógina. Pero haré un esfuerzo para hacerle entender la gravedad que tiene tratar con superficialidad los asuntos relacionados con violencia de género desde una tribuna pública.

Según cifras oficiales, en España, hasta el 25 de junio de este año 29 mujeres han sido asesinadas por su pareja o expareja, dejando 18 huérfanos/as.

Durante el año 2013, la demanda de atención en los distintos recursos que componen la Red de Atención a Víctimas de la Violencia de Género en Canarias ha sido de 10.629 mujeres y menores.

La violencia que se ejerce en el ámbito de las relaciones afectivas no puede ser motivo de burla, ni el trabajo que se realiza en materia de prevención. Sí, sí que la violencia machista nos quita el sueño y sí que es una prioridad del Gobierno de Canarias la atención y la prevención de la violencia de género. Aunque para usted solo valga para inspirar otro de sus chascarrillos parlamentarios.

En el último estudio publicado por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género se destaca que se produce un incremento del mensaje de personas adultas de que los celos son una expresión del amor. Casi tres de cada cuatro adolescentes (73,3%) han escuchado este consejo alguna vez. Aumentan también los adolescentes que reconocen haber ejercido situaciones de violencia de género en la pareja. El 16,4% admite haber intentado controlar a su pareja decidiendo por ellas hasta el más mínimo detalle y el 3,4% que ha pegado a su pareja. Si se les pregunta a ellas, la cifra aumenta: el 28,8% dice haber sufrido control abusivo por su pareja. No me quiero extender, hay más datos, pero me supongo que no cuestionará los datos aportados en este estudio del Ministerio.

Desde el Instituto Canario de Igualdad hemos elaborado un material para trabajar la prevención de la violencia de género en adolescentes, la Guía SMS, Sin Machismo Sí, en la que entre otras muchas cuestiones se trabaja qué ideas tienen las y los jóvenes acerca del amor y las relaciones afectivas. Le invito a que realice el test y ponga a prueba sus valores y creencias en este ámbito. A lo mejor se lleva una sorpresa, o no. Esas ideas erróneas o tóxicas que justifican relaciones de desigualdad, de control, de falta de libertad en la pareja es lo que denominamos "mitos del amor romántico" y son la base de la violencia que se ejerce contra las mujeres. ¿Amor? Claro que sí, pero amor en igualdad y sin violencia. Esto es lo que para usted ha sido objeto de burla.

En el espacio público y en la política que es el espacio de gestión de lo público, el machismo debe ser rechazado con beligerancia.

Y como dijo Clara Campoamor en su discurso en las Cortes el 1 de octubre de 1931 en defensa del derecho al voto femenino: "Perdonadme si os molesté, considero que es mi convicción la que habla (?)".