Tras el éxito de la primera experiencia en 2014, Promuscan ha repetido entre sus socios el encargo y estreno de "óperas de bolsillo" que, con duración máxima de quince minutos, intentan popularizar el género y hacerlo atractivo para los creadores y los públicos jóvenes, en palabras del presidente de la Asociación, Daniel Roca. El Paraninfo de la Universidad de LPGC, con muy estimable asistencia, ha sido una vez más el espacio elegido. Ernesto Mateo dirigió musicalmente las cuatro obras de 2015, con rendimientos sobresalientes del conjunto instrumental (Juan Manuel Díaz al violín, Rocío Campos al clarinete, José Vicente Guerra al fagot, Adex Alonso en las percusiones y el propio Mateo al piano). Pericia técnica, musicalidad y precisa simbiosis con las voces son los valores aportados por los cinco ejecutantes. En escena, sencillos medios de atrezo, luces y efectos. Todos los roles vocales fueron servidos con excelencia por la gran soprano Estefanía Perdomo, siempre brillante en el canto y la acción; el barítono Sebastiá Peris, timbre grato y oído exacto; y el expresivo tenor Antonio Trejo.
El nivel artístico de las piezas es tan diverso como sus asuntos y carácter. Juan Manuel Ruiz lleva a Palimpsesto, con libreto de Diego Valverde Villena, la más compleja escritura instrumental y una exigente concepción del canto. Articula tensiones y clímax de gran raigambre teatral en serio compromiso con la ópera contemporánea. El tema es el tormento de un compositor abrumado por la herencia recibida hasta que, de manera simbólica, encuentra su propio lenguaje: una obra de alta categoría, exportable y merecedora de largo recorrido exterior.
Ernesto Mateo proyecta la festiva mordacidad de un libreto de Lothar Siemens -animador entusiasta de la iniciativa- en estructuras más recitativas que cantadas, con subrayados ingeniosamente sobrepuestos al concepto dramático global. Unos aristócratas arruinados quieren vender un cuadro de presunto gran valor y caen en la picaresca del tasador que solo busca negocio.
El sacrificio de Euterpe, con música y letra de Leandro Ramos, desarrolla en términos culturalistas y asequibles en armonía y melodía, un tema mitológico de la tradición helenística relacionado con la primera música escrita (durante el primer siglo de nuestra era) en una columna de Efeso. Equilibrio y proporción en la fábula de un salto entre dos milenios.
Arístides Pérez Fariña enfoca en El desahucio, con texto propio, la actualidad de la crisis económica y las ejecuciones hipotecarias, con final buenista y biempensante que, por desgracia, es irreal. Fiel a su línea tonal, consigue acentos populistas y callejeros en los instrumentos, particularmente el fagot.
Las cuatro piezas recibieron grandes aplausos, multiplicados al final con los autores y los intérpretes en escena.
