La Provincia - Diario de Las Palmas

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Tropezones

Realidad 'reforzada'

Se viene articulando últimamente un concepto aparentemente nuevo, que consiste en realzar o poner un énfasis especial en ciertos aspectos de la realidad. Se pretende seleccionar los más característicos o más descriptivos de una escena, enmarcándolos o exagerándolos para proyectar con más fuerza el mensaje, ya sea ideológico, o simplemente estético. Por poner un ejemplo elemental, el photoshop puede ayudarnos a destacar un color, o distorsionar una perspectiva, para recalcar el enfoque que pretendemos "reforzar".

No me acabo de situar en relación a este fenómeno. Por un lado es evidente que de lo que se trata es de falsear, aun con las mejores intenciones, una realidad. Por ello estamos ante cierta dosis de superchería. Pero también es cierto que muchas veces la realidad se nos aparece sosa, o muda, y nos hurta una carga interna latente que merecería la pena ser revelada.

Pero lo que me mueve a ser tolerante con esta manipulación sea tal vez lo que percibo en muchas ocasiones, que es el "debilitamiento de la realidad". Este fenómeno opuesto viene sobre todo promocionado por los medios que nos "envasan" la realidad para servírnosla en conserva. Para el que ha podido disfrutar en vivo de un partido de tenis entre maestros de la raqueta se da pronto cuenta de que la brutalidad, la rapidez y la fuerza que se imprime al juego, poco tiene que ver con la versión televisada, con cámara lenta añadida que nos muestra como fácil y rectilíneo un juego que se torna edulcorado e inocuo.

Para aclararme las ideas, y las del lector ya confuso con toda esta palabrería, voy a citar un ejemplo que me golpeó no hace mucho.

Tuve oportunidad de ver en directo una competición de salto de altura, que se grababa simultáneamente, por lo que pude visionarla a posteriori.

Ni punto de comparación: ya la imagen televisada en primer plano de la aparatosa colchoneta donde aterriza el atleta parece quitarle altura a toda la ejecución, al caer este medio metro más arriba del obstáculo que acaba de salvar. Pero para entendernos mejor, y captar en toda su fuerza lo que estamos contemplando, hagan Uds. la siguiente prueba.

Súbanse por ejemplo a una caja de envases de refrescos. Extiendan el brazo hacia arriba todo lo que puedan, y hagan una marca en la pared en el punto al que llega la mano estirada. Si miden la altura de la marca verán que llega casi hasta el techo y que está a unos dos metros y medio del piso. Pues bien, imagínense ahora saltar por encima de dicha marca. ¿Imposible, verdad?

Pues ese es el récord del mundo de salto de altura actual (2,46 m). Yo por lo menos, viéndolo por la tele, jamás habría tomado consciencia de la animalada que representa una proeza de este calibre.

¡Así que bien mirado, y con las debidas reservas, adelante con el refuerzo de realidades!

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