La Provincia - Diario de Las Palmas

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'Desterrado'

El reino de los infiernos

¿Es tan mala Desterrado como parece a simple vista? Sí, pero... ¿Pero? ¿Cómo que sí, pero...? A ver. Estamos hablando de una película con Nicolas Cage, cuya carrera en los últimos es un ejemplo asombroso de cándida bajada a las cloacas del cine. Ha logrado que cada una de sus películas sea peor que la anterior. Y aquí, aunque no sale durante la mitad del metraje dejando que se estrelle solo el antaño galáctico Hayden Christensen, al menos divierte. Sí: Desterrado es mediocre hasta la extenuación pero si se la ve con ojos bondadosos, o piadosos más bien, entretetiene, aunque sea por motivos distintos a los que esperaba su director, antaño coordinador de especialistas, y que se toma muy en serio su trabajo, tanto que por momentos imita sin recato al Ridley Scott de Gladiator o El reino de los cielos. O sea, escenas de peleas con montaje abrupto, colores sucios, cámara bailonao abusando del ralentí. El resultado es cutrecillo y sorprendentemente moderado en cuanto a violencia se refiere (no gastaron mucho en sangre ni en efecos especiales) pero como son tantas las batallitas el tinglado se deja ver. Cuando la acción se toma un descanso la cosa va a peor: un romance improbable, una conspiración grotesca, unas lecciones vitales de maestro a aprendiz que rozan el ridículo. Hay disparates con visos de autoparodia involuntaria, diálogos terribles y planos tan feos como el que abre la historia. Cage, como era de esperar, da rienda suelta a su histrionismo y presume de melenaza poniendo caretos, vociferando y pasándose de rosca. Puestos a salvar algo, la actriz Liu Yifei destaca a pesar de su romo papel y el final tiene un aceptable tajazo lírico.

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