La Provincia - Diario de Las Palmas

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15o LPA Film Festival Panorama / 'La chambre bleue'

Música de cámara

De las novelas de Georges Simenon podría hablar largamente, sin llegar a agotar jamás el tema. No sé qué fascinación tienen sus historias criminales, pero lo cierto es que cuando encuentran una sensibilidad de creador, se convierten en obras fácilmente inolvidables, como la adaptación que ha realizado el actor y director francés Mathieu Amalric de su novela La chambre bleue (publicada por la editorial Tusquets hace unos años con el título La habitación azul), proyectada dentro de la sección Panorama del Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria.

La chambre bleue narra la historia de Julien Gahyde y de una amiga de la infancia, Esther Despierre, quienes vuelven a encontrarse adultos, ya casados, e inician una aventura amorosa. Durante meses sus encuentros tienen lugar entre las cuatro paredes de la "habitación azul" del Hôtel des Voyageurs. La urgencia de Esther por pasar toda su vida con Julien y la interpretación de sus respuestas como un acuerdo tácito del que él no se siente responsable, la llevarán a salvar "las distancias" que interfieren en su felicidad.

La película, interpretada por el propio Amalric, presenta un planteamiento conciso, casi minimalista. Lo que se nos cuenta de manera fragmentada no es más que los avatares de esa aventura amorosa que termina con la muerte de la mujer de Julien en extrañas circunstancias. No obstante, su aparente esquematismo se torna más y más expresivo en el clima general de la película, apoyado en un cuidadísimo diseño artístico donde la fotografía y la música (una extraordinaria banda sonora de Grégoire Hetzel) juegan siempre al favor del drama y, sobre todo, en una dirección que encuentra lo que busca sin alardes ni escondites.

En una entrevista, hace unos cuantos años, Francis Ford Coppola dijo que él no se consideraba un director sino un compositor cinematográfico. No puede ser más acertada la definición para Almalric y su película: La chambre bleue es lo más parecido a una música de cámara, una música compuesta para un reducido grupo de instrumentos.

Una música que es difícil de interpretar, pero, en todo caso, eso no es trabajo del espectador. Que escucha con los ojos abiertos. Después de todo, como decía Nietzsche, sin música la vida sería un error.

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