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Perspectiva

Un beso de Ana

Llego al colegio temprano, serán las ocho menos veinte, bajo del coche y me despido de la señorita Marisol: "¡Hasta luego, que tengas un buen día!" Me permito tutearla porque es amiga de la familia de toda la vida.

A partir de ese momento empieza mi lucha por conseguir mi objetivo, lo único que me preocupa realmente en la vida...

Cuando esto sucedió yo tenía catorce años, ahora supero los cuarenta y tantos y recuerdo con mucho cariño esa época de mi vida en la que por mi cabeza ya empezaban a resonar las noticias y problemas de los mayores, pe-ro tenía muy claro que lo más importante era mi única preocupación.

Ayer saqué fotos de mi cabeza, y alguna que otra de mi corazón, de todos los temas que me preocupan. Las he revelado, soy de la vieja escuela, si no tengo las fotos en papel me parece que no son fotos, y las he extendido encima de la mesa del salón. Todavía no tengo claro el orden en el que voy a colocar las fotos, así que iré dando saltos de una a otra hasta que encuentre el que más me convenza.

La primera foto que escojo al azar es la de la estabilidad laboral, esa espada de Damocles que siempre está presente en todas las conversaciones con los compañeros de armas. La hipoteca, la reforma laboral, un ERE, un compañero que ya no lo es... Esta foto da mucho juego, creo que irá de las primeras.

La segunda preocupación impresa que recojo es la actualidad política de España, y lo que lleva aparejado: la corrupción, los falsos Mesías, los nuevos reinos que se quieren crear basados en mentiras históricas e ingeniería contable; las listas cerradas, el sistema electoral, las subvenciones, la división de la sociedad, los problemas que crean algunos políticos que realmente sólo les preocupan a ellos... En fin, la vergüenza que creo debe sentir cualquier españolito de a pie y cualquier político honrado, que los hay, con este panorama. Sin duda creo que también voy a colocar esta foto entre las primeras.

La tercera estaba en la esquina de la mesa, la cojo, la miro y digo en voz alta: "Esta, entre las primeras, seguro". La educación. Me preocupa que se utilice como arma arrojadiza entre unos y otros, que no haya suficiente visión de futuro para no darse cuenta que se necesita un gran pacto para cimentar un edificio tan frágil, pero que debe ser el pilar más fuerte sobre el que cualquier sociedad labre un exitoso futuro. El día en que se gobierne pensando en un horizonte temporal superior a los cuatro años que dura una legislatura se habrá dado un gran paso para que se consigan pactos de Estado que den estabilidad al tema más importante de un país que se precie.

Ya voy por la cuarta, y todavía me quedan unas cuantas; no me extraña que a veces me duela la cabeza. Esta foto realmente me confirma que hay algo que no funciona correctamente en este país que quiero querer. Lo leí el otro día en un periódico, en España se han realizado el año pasado más de 100.000 abortos. Unos y otros estarán de acuerdo, espero, en que es una cifra que no puede perderse en una página secundaria de la actualidad. Algo falla.

La quinta foto hace referencia a las guerras. Algunas de las personas cuyos escritos me gusta leer consideran que ya estamos en la tercera guerra mundial. Así a bote pronto parece exagerado, pero leyendo atentamente esos artículos se me pone un nudo en la garganta. Tengo hijas pequeñas y me entra miedo. Mi padre vivió una guerra civil y una guerra mundial. ¿Estamos en la actualidad vacunados por alguna deidad para que la historia no se repita? Casi todos mis amigos y conocidos consideran que esta preocupación no tiene fundamento y que eso no va a pasar. Mis abuelos debieron pensar lo mismo y pasaron hambre. Cuando alguien es capaz de ejecutar a un ser humano por creer que su dios se lo ordena y que debe hacerlo con todos los que no piensan como él, está claro que hay un problema global, que tarde o temprano tocará de una u otra manera a la puerta de tu casa.

Por otra parte estoy empezando a notar una polarización de la sociedad en nuestro país, espero que sea tan sólo una percepción mía, pero me limito a sacar la conversación entre conocidos y me reafirmo en mi sospecha. Se oyen expresiones que recuerdan, a cualquiera que haya leído un poco de la historia de España de los años treinta, a esa época. Expresiones como Frente Popular, declaración unilateral de independencia, retirada de símbolos religiosos, República o Monarquía hacen que me recorra un sudor frío por la espalda y vaya corriendo a buscar esa vacuna que por alguna razón impedirá que volvamos a las trincheras.

La sexta foto que recojo de la mesa es la situación económica que estamos sufriendo. Gurús de la economía, ministros, asesores, presidentes... todos ellos decidiendo qué es lo bueno y qué es lo malo. Escuchando a algunos no puedo por menos que pensar que están muy alejados de la realidad y sin ninguna perspectiva histórica. Muchos consideran que al ser humano se le puede clasificar fácilmente y eso acarrea no sólo equivocaciones sino que se juzgue a determinados países dando por buenas esas clasificaciones. Siempre recordaré una frase que nos dijo un profesor de economía: "Los economistas somos expertos en explicar lo que ha pasado, pero tenemos gran-des problemas en predecir lo que va a pasar".

Países que ahora imponen su poder y se atreven a juzgar a otros, no recuerdan que a mediados del siglo pasado se les perdonó gran parte de su deuda para que pudieran salir adelante.

Ya está, la presión que suelo sentir en mi cabeza ha vuelto. Vuelvo a sentir esa impotencia para poder hacer algo que alivie mis preocupaciones. Lo he intentado en el día a día, con la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, los conocidos y con cualquiera que saque uno de estos temas. He intentado poner un poco de luz pero no lo he conseguido. Me he afiliado a dos partidos políticos, primero a uno grande y cuando me decepcionó a otro más pequeño. De momento no he logrado nada, no he logrado liberarme del gran peso que me oprime. Las decepciones que me he llevado han sido muy superiores a la ilusión con la que entré a formar parte del sistema. ¿Habrá que cambiarlo?

Alguna que otra foto queda en la mesa, pero ya no tengo fuerzas para seguir. Las recojo y tengo la tentación de tirarlas a la basura o quemarlas. ¿Desaparecerán si hago eso? Puede que logre sacarlas de mi cabeza, pero sin duda permanecerán muy cerca de mí y lo que más me aterra muy cerca de los míos, muy cerca de mi barrio, muy cerca de mi ciudad, de mi isla y sin duda muy cerca de mi país.

Me doy la vuelta y veo a mis hijas jugando en el suelo abstraídas de todo lo que le preocupa a su papá y pienso: "Cuáles serán sus preocupaciones? ¿Que no les caben esos vestidos a sus muñecas? ¿que no pasan de diez saltos con la comba?" Sus carcajadas responden a mi pregunta.

Este es el momento en que quiero volver, en que necesito volver; cierro los ojos y regreso por un momento a esos catorce años, a esa inocencia, y mi mente se relaja recordando esa gran preocupación, y pienso porqué tuvo que pasar tan rápido esa época en que lo único que tenía en mente era, algo que por cierto nunca pude conseguir, un beso de Ana.

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