Ellos" siempre son demasiados. "Ellos" son los tipos de los que debería haber menos o, mejor aún, absolutamente ninguno. Y nosotros nunca somos suficientes. "Nosotros" somos la gente que tendría que abundar más. Así comienza el segundo capítulo del libro Vidas desperdiciadas de Zygmut Bauman, un capítulo titulado: ¿Son ellos demasiados?, los desechos del progreso.

Cuenta Bauman varios ejemplos históricos de grandes movimientos migratorios provocados para evitar revueltas sociales. Tras la revolución "después de junio de 1848 los distritos conflictivos de París se limpiaron al por mayor de misérables rebeldes y se transportó en masse al populacho al extranjero, a Argelia. Tras la Comuna de París en 1871, se repitió el ejercicio, si bien el destino escogido en esta ocasión fue Nueva Caledonia". Theodore Roosevelt concebía el exterminio de los indios americanos como un servicio a la causa de la civilización, Bauman cita un texto del presidente norteamericano: "En el fondo, los colonos y los pioneros han tenido la justicia de su lado. Este gran continente no podía seguir siendo un mero coto de caza para salvajes mugrientos".

En su ensayo el sociólogo polaco nos cuenta que siglo y medio después la historia se repite: "La producción de residuos humanos persiste en sus avances y alcanza nuevas cotas, en el planeta escasean los vertederos y el instrumental para el reciclaje de residuos. La globalización se ha convertido en la más prolífica y menos controlada cadena de montaje de residuos humanos o seres residuales". Bauman acusa a los gobiernos occidentales de tratar como "residuos humanos" a la gente que el sistema capitalista no necesita para producir. Aplicado a Canarias tenemos médicos, filólogos, ingenieros, periodistas? que se formaron en nuestras universidades y que en los últimos años han emigrado porque somos un país de servicios turísticos mientras los políticos del Parlamento debaten el número de estrellas de los hoteles o los chollos fiscales de un REF a la medida de los que les pagan las campañas electorales.

Comienza la carrera electoral y los candidatos empiezan a nombrar en sus discursos a los pobres, a los jóvenes, a las mujeres, a los desempleados y a los pensionistas. Presidentes de gobierno, ministros o alcaldes que se han pasado la legislatura reuniéndose con ricos, machos y acaudalados ahora se acuerdan de los otros, de los desechos de los que hablaba Bauman. Si el alcalde de la capital grancanaria, Juan José Cardona, hubiera leído a Bauman y fuera sincero en lugar de decir "los que duermen en la calle lo hacen porque quieren" hubiera dicho: "los que duermen en la calle son los desechos del sistema, que los recoja Bauman". Hace unos días la consejera de Políticas Sociales (no se rían) Inés Rojas dijo en el Parlamento que la situación de la pobreza en Canarias "es insostenible". Lo que es insostenible es un gobierno que presume de haber adivinado la crisis y que en los dos últimos años agotó su presupuesto anual destinado a los que nada tienen (los desechos) a mitad del año, en una comunidad con 58.000 hogares sin ingresos la Prestación Canaria de Inserción (PCI) llegó a 5.800. La consejera Inés Rojas reconoció que los recursos que destina su gobierno no son suficientes. Y después Inés siguió su vida como siempre. Almorzó como siempre. Quizá cenó con el espíritu de Chil y Naranjo. Los consejeros del gobierno a los que se agota la PCI reciben las perritas de sus nóminas y sus dietas puntualmente.

No pueden decir lo mismo los miles de canarios que están en el limbo de la dependencia. Ni los que murieron sin recibir las prestaciones a las que tenían derecho. Ni los que se quedan colgados de la PCI. Los mandarines duermen calentitos después de sus solemnes mentiras parlamentarias mientras los desechos se desvelan por el miedo al próximo desahucio, a un nuevo corte de luz o al embargo de su dignidad, que es lo único que no les han podido quitar los bancos o las eléctricas que aumentaron sus beneficios estos mismos años en los que la pobreza severa ha pasado en Canarias del 3,5% al 8,5%. ¿Ha visto usted estos últimos cuatro años a Rajoy, a Soria, a Pérez, a Bravo o a Rivero reunidos con esos seres humanos que más sufren, con esos pobres severos? Qué pregunta más tonta acabo de hacer, ¿cómo se van a reunir los Excelentísimos Mandarines con los desechos?

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