Tradicionalmente, en China se ha considerado a los ciegos como los mejores profesionales de la técnica del masaje, ya que debido a su condición la cultura oriental les supone dotados de una sensibilidad especial. Tui na es el término chino que designa a esta técnica de masaje y el título de la película del director chino Lou Ye que trata acerca de las dificultades que los masajistas invidentes chinos experimentan en sus relaciones personales, con visitas a las casas de lenocinio incluidas. Este curioso e interesante argumento es una de las pocas bazas con las que cuenta esta película, porque aparte de esto, no reúne nada destacable o digno de mención desde el punto de vista artístico y argumental. Sólo durante los últimos veinticinco minutos la película da un giro que la dota de cierto interés, porque la cámara adopta un punto de vista subjetivo, mostrándonos cómo ve el mundo uno de los personajes con visión reducida. Quizás sea el primer paso en falso en la filmografía de Lou Ye, que siempre ha mostrado una atracción por los temas que siguen siendo tabú en la sociedad china como los sucesos de la plaza de Tiananmén o la homosexualidad.
