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Fútbol Primera División

Cristiano Ronaldo siempre es un caso

C ristiano Ronaldo es de extremos, y no sólo futbolísticamente en donde además de por cada banda, puede jugar perfectamente como delantero centro, como ya se ha comprobado en varias ocasiones. Alguien que lleva tan al límite su profesión puede pasar de la euforia permanente a un estado de frustración casi también sin solución de continuidad. Después de ver el Ronaldo excelso ahora estamos viendo el Ronaldo irritado, que, dicho sea de paso, tampoco es ninguna novedad, y si no acordémonos de los tiempos mourinhistas, cuando los resultados no acompañaban como quería la troupe portuguesa.

Aquellos gestos ayudaron a que se ganase fama de insoportable y a que muchas veces sus indiscutibles méritos futbolísticos no sean reconocidos en toda su extensión, precisamente por la extemporaneidad de expresiones, ademanes y demás, que resultan muy cargantes.

Con la llegada de los malos tiempos de nuevo, en una época en la que los marcadores no ayudan, a Ronaldo vuelve a torcérsele el gesto de forma exagerada. El último partido, contra el Levante, fue un repertorio de contrariedades que deja constancia a las claras de que las cosas no le van bien.

Ya se habían apuntado en el choque contra el Schalke, pero nada comparado con lo del pasado domingo. Su novia hasta hace un par de meses, Irina Shayk, dijo muy recientemente algo que muchos sospechaban, que en realidad es un niño, un deporte en el que por cierto abundan los comportamientos infantiles. Y ya se sabe los niños son de lo más graciosos cuando todo va rodado, e inaguantables cuando las cosas no salen como quieren.

Vaya usted a saber si Cristiano Ronaldo está en plena crisis existencial, en un proceso que empezó por la ruptura con la modelo rusa, pero lo que sí es impepinable es que el futbolista está frustrado porque el Real Madrid ha perdido el liderato y sobre todo él, más que nada, ha cedido el trono al menos momentáneamente de máximo goleador, y nada menos que a Messi, su mayor enemigo.

La consecuencia es que Ronaldo se ha convertido en estos momentos también en un caso. Lo es cuando está en la cumbre, por sus magníficas prestaciones, y no deja de serlo cuando afloja el pistón, porque entonces pierde muchísimo de su inmenso valor. No es de extrañar que la cúpula directiva madridista y el cuerpo técnico del primer equipo estén pero de lo más preocupados por el fenómeno.

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