La Provincia - Diario de Las Palmas

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Cada cosa en su sitio

El sexo de reconciliación asoma en Andalucía

Es seguro que, sin la salida a escena de Podemos y Ciutadans (o Ciudadanos, tanto da) la campaña electoral de Andalucía sería más tranquila y convencional. El bipartido se plantea estos comicios a manera de test, tan territorial como estatal, y sobrepasa las líneas rojas del buen estilo. Pero nadie ignora que la "gran coalición" poselectoral puede ser oportunidad única de no resultar arrollados por la dispersión del voto y la atomización del arco parlamentario, reducido hoy a tres marcas y una de ellas sin peso en la danza erótica. Los políticos tienen agallas para besarse un minuto después de maldecirse. Si las urnas alumbran un tándem de los grandes como única opción de mayoría, habrá "sexo de reconciliación", que es el más gratificante.

De los debates televisados entre los tres cabezas de lista, solo he visto el segundo y último. La del PSOE me pareció más vulnerable de lo que esperaba, el del PP menos risueño y pipiolo de lo que me parecía y el de IU atenido a los mensajes éticos de su formación, respetables pero vicarios -por desgracia- en términos de poder. Ganar o perder significa mucho más para Susana Díaz que para los demás. Ha personalizado de tal manera la abstracción "Andalucía" que un fracaso sería más suyo que del partido y asumible por muy pocos andaluces. Además, haría pedazos su estrategia de insularizar lo andaluz extramuros del continente, como también su presunta ambición de desplazar a Pedro Sánchez del mando supremo, convirtiéndose en fácil presa de aislamiento real y posterior evacuación a lo Tomás Gómez.

"Juanma" Moreno asedia una fortaleza ocupada por el adversario a lo largo de tres décadas, en cuyo asalto han caído antecesores mucho más rocosos. Fracasar sería teóricamente más de lo mismo, pero el partido despliega ahora toda su artillería en el promisorio y obsesivo apoyo presencial de Rajoy y demás notables. El fracaso del candidato recaería entonces en la familia conservadora al completo, y esto no se perdona. Por ello es realista prever la alternativa pactista del bipartido, olvidando ERE, imputados y demás balística del PP, así como abandono y preterición estatal de la comunidad por la otra parte. Los emergentes tendrán difícil alcanzar parcelas de poder si no quieren o no pueden sumar mayoría con Susana ni con Juanma. En tal caso, "los de siempre" consumarán el abrazo de Vergara después de denigrarse ferozmente. Muy chocante, pero premonitorio en un año electoralmente sobreexcitado.

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