Un matrimonio de Calcuta, que también está casado con el trabajo y las faenas domésticas, labora en horarios opuestos, por lo que apenas se ven. Ese es el argumento de Asha jaoar majhe, cuyo título en inglés es Labour of love, expresión de origen neotestamentario que podríamos traducir como "trabajo realizado por amor al arte". Recuerdo que algo parecido era parte de la trama de uno de los cuentos de Los amores difíciles de Italo Calvino, pero a diferencia del relato corto del escritor italiano, en esta película desde principio a fin no ocurre nada más que lo que he descrito, durante ochenta y cuatro minutos.
Por si fuera poco, a este argumento minimalista se suma que asistimos a las jornadas laborales de la pareja, a la elaboración de sus comidas diarias y a su salida y llegada al pequeño hogar conyugal sin oír ni un solo diálogo. Podríamos vernos tentados a pensar que en realidad esto es lo de menos, porque la película está realizada de tal manera que no hay necesidad de plática entre los personajes, y además esta opción aporta al filme un elemento fundamental, mostrar la incomunicación de una pareja condenada a vivir por separado en su propia casa, debido a la disparidad en sus horarios de trabajo. Pero creo que con unos diálogos apropiados esta película hubiera ganado en profundidad.
Sólo oímos las acaloradas arengas de un dirigente sindicalista por la política de despidos de las empresas, a modo de pequeña referencia a la recesión económica que también afectó a la India en el 2008 y que nos hace deducir que la pareja no pueda exigir un cambio de horarios porque sus empleos cuelgan de un hilo.
Aparte de esto poco más se puede decir de un filme que lo más que consigue es despertar el apetito del espectador al ver las deliciosas, exóticas y coloridas comidas que los protagonistas ingieren con sumo placer.
