La Provincia - Diario de Las Palmas

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X Encuentro de Música Religiosa

La verdad de dos siglos del barroco alemán

Comenzaron en Las Palmas los conciertos de semana santa con el coro de cámara Ainur. En el programa, dos etapas esenciales del Barroco alemán: la centrada por Heinrich Schütz y, un siglo después, la de culminación con J. S. Bach. Fue el primero de los programas integrados en el X Encuentro de Música Religiosa de Canarias, que fundó y gestiona con exigente nivel el director lagunero Gregorio Gutiérrez.

Gran rendimiento del conjunto que titulariza Mariola Rodríguez, esta vez confiado a Eligio Quinteiro, prestigioso especialista grancanario que reside y trabaja en Londres. Un tenor invitado, Daniel Auchincloss, fue solista de varias de las páginas con voz limpia y clara, idónea en estilo, emitida a la perfección, comunicativa y virtuosa en intervalos y melismas.

La primera parte, desarrollada con motetes latinos y alemanes de Schütz, incluyó tres a solo y dos corales. Los intérpretes asumieron admirablemente la sobriedad de la escritura y la nobleza del carácter de esta música, armónicamente imbricada en el ideal estético de la prime- ra parte del siglo XVII y representativa de un contrapunto "primitivo" que ya contiene el fermento del arte complejo que llegaría a continuación. Quinteiro, el solista y el coro fueron muy leales al espíritu severo y contenido del compositor, desplegando su personalidad con ejemplar entendimiento.

La bellísima cantata sagrada Jesu, meine Freude de Bach, marcó a continuación el punto culminante de la velada. Las voces de Ainur, siempre buenas por su exacta entonación, la unidad y el equilibrio fraguado en la inteligencia escucha recíproca, entregaron con Quinteiro una lectura extraordinaria de la obra, que discurre sobre el eje del coral temático, tres veces repetido con variaciones después de la exposición inicial. En esa magnífica estructura del XVIII suenan sin sombras la tierna y cálida confianza melódica con que el cre-do luterano interpela a Cristo, y los impulsos rítmicos o dramáticos que le dan contraste. Perfecta audibilidad del contrapunto en todas las voces, con especial intensidad en el fugado del sex-to número y la polifonía magistral del octavo. El refinamiento mundano de que hace gala este coro en otros programas fue aquí rigor, cohesión, empaste de las líneas colectivas en un logro pleno.

La profesionalidad y musicalidad del violonchelista Carlos Rivero y Nauzet Mederos al órgano, cubrieron el continuo y sintetizaron sin mácula las partes instrumentales de la escritura original.

El entusiasmo del aplauso en un templo abarrotado recibió como premio de la repetición del primer motete de Schütz.

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