La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Opinión

La derecha vota a Cáritas

El PP ganó las penúltimas elecciones andaluzas, un dato relevante que los populares han escamoteado durante la campaña actual. Se han comportado como si partieran en segunda posición. Obtuvieron 50 diputados y un 41 por ciento de los votos en 2012, desde la particularidad también reseñable de que Rajoy ya ocupaba La Moncloa con mayoría absoluta. Y sin olvidar que el PSOE se sometió a la cirugía siempre traumática del relevo de Griñán por Susana Díaz al frente de la Junta.

Tres años después, y sin el desgaste anejo al gobierno autonómico, la derecha ha perdido en Andalucía más de una tercera parte de sus diputados. Por lo tanto, la caída de catorce puntos y 17 asientos señala directamente a Rajoy. El único poder del PP consiste en entregarle la Junta a Susana Díaz, que con 47 escaños puede barajar otras opciones para redondear los 55 de la mayoría absoluta.

La única incógnita de las andaluzas de ayer consistía en averiguar si obligarían a aprenderse finalmente el nombre del candidato del PP. No será necesario. Su anonimato queda garantizado, seguramente a perpetuidad. En cambio, el líder andaluz Cristóbal Montoro ha adquirido un notable protagonismo durante la campaña, tras decretar con énfasis que el PP y Cáritas son intercambiables. Al colocar a sus electores ante la disyuntiva, casi 700 mil de ellos han preferido votar a la institución altruista, frente a la envuelta en incontables casos de corrupción.

La igualación del PP y Cáritas fue una dudosa estrategia electoral de Montoro. La institución eclesial lucha contra la pobreza, la exclusión, la intolerancia y la discriminación, valores generosamente promocionados en la historia reciente de los populares. Proponerle a la pareja que "si no te gusto, puedes irte con George Clooney", no es exactamente la fórmula ideal para retener a un amante. El ministro de Hacienda debió estimular a sus seguidores equiparándose a Gran Hermano VIP. Ahí ganaba el PP.

Susana Díaz también perdió más de cien mil votos, pero mantuvo la cuota parlamentaria vigente por la fragmentación de sus rivales. Es la misma derrota dulce que concedió la mayoría absoluta a Núñez Feijóo en Galicia. El bipartidismo había amarrado cuatro de cada cinco sufragios en 2012, ayer no llegó a dos de cada tres. Cabe recordar que Podemos no existía hace un año, y que la perspectiva de un solo diputado de Ciudadanos en?Andalucía hubiera ocupado un lugar destacado en portadas. Pues bien, la suma de fuerzas de Pablo Iglesias y Albert Rivera los coloca a la altura del todopoderoso PP. Suerte que las europeas no acarrean consecuencias.

El PSOE baja puntos con un duro rival a su izquierda, porque Podemos ha sido portada del New York Times. En cambio, el PP se desangra con más fuerza pese a que su hegemonía en el centroderecha no está tan cuestionada por Ciudadanos. En el desorden del mapa electoral vigente, Albert Rivera frena a Pablo Iglesias. Al mismo tiempo, la alineación de?Izquierda Uni-da junto a Podemos hubiera aproximado la izquierda radical al partido dominante en la derecha. Otro problema para los populares.

La izquierda en teoría irrefutable de PSOE, IU y Podemos obtiene 67 escaños en Andalucía.?La derecha clara del PP se derrumba hasta los 33. Es decir, los votos progresistas doblan a los conservadores, con los nueve diputados de Albert Rivera en el fiel de la balanza. Personalizando, las andaluzas han dado a luz a una figura política en la órbita estatal. Susana Díaz se convierte en la líder estatal del PSOE, ganadora de unas elecciones a diferencia de Pedro Sánchez. Aun admitiendo que el ignoto Zapatero desarboló al hexacampeón Bono, la probable presidenta andaluza pudo haber recorrido ayer solo la mitad del camino que se ha marcado para 2015.

Las andaluzas han avizorado el futuro político de España, y no se llama Rajoy. El presidente necesitaba que le anunciaran en persona que sus votos irían a Cáritas, de ahí la esterilidad del traslado de La Moncloa a Andalucía durante la campaña. Dijo que estas elecciones no debieron celebrarse, y sabía de que hablaba.

Compartir el artículo

stats