La Provincia - Diario de Las Palmas

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Teatro

El Evangelio de la Virgen María

¿Hay peor drama para una madre que sobrevivir a la muerte de un hijo? El sufrimiento debe ser aún más doloroso si este ha sido asesinado cruelmente y además su progenitora ha presenciado el fallecimiento tras una larga agonía. Por eso a la madre de nuestra historia no le sirve de consuelo que los seguidores de su vástago le digan que era el hijo de Dios y que con su muerte ha redimido a la humanidad. De esta forma El testamento de María, monólogo del escritor irlandés Colm Tóibín adaptado y dirigido por Agustí Villaronga, es el retrato más humano de la progenitora de Jesús, vista como una madre más.

Dando por verdadero el más que dudoso testimonio que afirma que María había muerto en la ciudad de Éfeso, donde se encontraba el Templo de Artemisa, una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, Tóibín convierte a María en adoradora secreta de esta diosa madre en vez de seguidora de su hijo, hasta el punto de que oculta una estatuilla de ella, la única divinidad en la que como madre confía.

María se encuentra en una casa, no sabemos si protegida o retenida por quienes le requieren su colaboración en la redacción de una historia de la vida, doctrina y milagros de su hijo que ella refuta porfiada, porque ni siquiera los milagros de Jesús la convencen, sino que le parecen espantosos. Por eso este monólogo, correctamente interpretado por Blanca Portillo, supone el Evangelio de María que narra lo que sucedió a su hijo, antes de que sus discípulos lo convirtieran en Dios

Lo más innovador de esta interesante obra es que la auténtica víctima no es Jesús, descrito como un exaltado que acepta su cruel muerte, sino su madre, que no comprende el fanatismo de su retoño. De este modo María parece cualquiera de las madres de jóvenes occidentales captados por el grupo terrorista Daesh, que aparecen en las noticias después de que sus vástagos se hayan inmolado en un atentado suicida, expresando perplejas su incomprensión por la acción de sus retoños, y calificando como un suicidio lo que ellos consideraron un martirio, a lo que debemos preguntarnos ¿existe alguna diferencia entre ambas cosas?

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