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Desde mi isla

Nada de izquierdas y derechas: pobres y ricos

Los términos derecha e izquierda suponen una simplificación etimológica, poética y edulcorada de una posición más brutal y cruda: pobres y ricos. Una es pomada social, que unta el cuerpo, la otra es puñal económico que lo despedaza. Hay una diferencia sustancial entre ambas, que se puede acoger a la afirmación panteísta del filósofo Spinosa, cuando planteaba, en términos dualistas, el espíritu y la materia, lo ideal y lo real, como modificaciones de la misma substancia. Cambian las palabras, apareciendo la cruda realidad cuantificable (lo esencial). Bajo cifras trabajamos los economistas, en busca dispar de la desaparición de la pobreza, del reparto equitativo de la riqueza (unos) y del mantenimiento y progresividad de la riqueza (otros).

La ciencia económica hace pronósticos y toma decisiones que se basan en observaciones de la realidad en el momento. El futuro se va configurando por variables internas y externas al sistema, entre las que incluyo las presiones del capital, que configuran un modelo cambiante. La situación es comparable a la meteorología, siendo la economía más compleja. Los resultados de las variaciones meteorológicas nos alcanzan a todos por igual en espacios determinados, no ocurriendo así con los económicos. Piretty, en su Capital, se explaya sobre las desigualdades y comparando varios países, entre ellos USA, Francia y España, desenmascara con cifras la triste realidad del aumento de la riqueza de los millonarios y la disminución de la de los pobres. La lógica del tema se refleja en las crisis temporales que afectan cualitativa y cuantitativamente más a los pobres que a los ricos, porque es una lucha desigual de clases. La crisis es una pared que coloca el capital, con una pancarta que dice: "Alto, hasta aquí habéis llegado". Desde allí devuelven, otra vez, a la mayoría a sus miserias pasadas. El terrible paro, contratos basura de sueldos más bajos y contratos a tiempo parcial, donde en Europa solo Grecia supera a España, con el 67,7 % y el 64,6% respectivamente, la ley de Fátima Báñez, guillotina del desemparado, subidas del IVA, impuesto indirecto retrógrado, IRPF, cuya progresividad se detiene al llegar a las obligaciones de las clases dominantes, disminución de las prestaciones sociales (actualmente, casi cuatro millo-nes de parados españoles no perciben prestación alguna; según la EPA, 560.000 parados no han trabajado nunca y no tienen derecho a ayudas).

De los economistas actuales que se alinean en los dos mencionados campos, el Nobel P. Krugman ataca el manejo partidista de la crisis actual, de la que aún no hemos salido, incluso la participación de los sargentos de la troika. Varufakis dice que los ministros de economía de la Eurozona no tienen ni idea de la materia, afirmación que apoya otro Nobel, Joseph Stiglitz, en su artículo: "Obligar a Grecia a ceder", o sea humillar al arruinado.

En España, se puede calificar como de perfil bajo la actuación de los economistas oficiales del PP. La de Montoro se ha limitado a utilizar el Ministerio de Hacienda a mayor gloria del PP, protegiendo indefendibles intereses, como los de más de 700 evasores de capital, entre continuas amenazas a la oposición. Luis de Guindos, vecino de Bruselas, se ha movido a sus anchas, ejerciendo como doméstico de Alemania y la Troika.

Es bueno saber que las medidas económicas puestas en práctica por España fueron fabricadas y envasadas con etiquetas de Made in Alemania y enviadas a España con el epígrafe "AUSTERIDAD", lo que implicaba disminuir el gasto, dando solo margen a España a elegir los gastos a adelgazar, que, por supuesto yo sostengo, no fueron los adecuados. ¡Y todavía hemos de aguantar el autobombo económico del PP!

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