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En voz alta

Siguen los disparates

Siempre me he autodefinido como un ingenuo contumaz. Bastantes disgustos me ha ocasionado en mi larga vida esta forma de ser, pero no he logrado quitármela de encima. La verdad es, que hecho el balance correspondiente, son más las satisfacciones que me ha dado que los horrorosos efectos de la deslealtad. Seguramente porque también sigo siendo un ingenuo en el momento de juzgar.

Consecuente con esta forma de ser, he estado esperando ilusionado los resultados del primer encuentro oficial entre el presidente del Gobierno de Canarias con el presidente del Cabildo de Gran Canaria, en el que inevitablemente tendría que deliberarse algo sobre la actualidad del gas-renovables y claro, las primeras noticias han sido desalentadoras (¡adiós mi ingenua esperanza!) seguidas de las declaraciones del político de turno, de acuerdo con la larga tradición grancanaria de las mutuas descalificaciones de los dirigentes políticos. Afirma sin sonrojarse que determinado partido político que le hace oposición al suyo "utiliza el gas como un obstáculo para que esta isla no sea puntera en las renovables". ¿Cómo se atreve a afirmar que haya alguien en Gran Canaria que no desea que seamos punteros en energías renovables?

Las inteligentes declaraciones del Sr. Clavijo respecto a la entrevista me tranquilizan un poco, puesto que no da por cerradas las posibilidades de un acuerdo, según quiere interpretar mi permanente ingenuidad. Aquí lo peligroso está que ahora la pelota está en el campo del Sr. Morales. Vamos a ver cómo la juega. Espero que el Sr. Morales, que también sabe respetar y escuchar las opiniones ajenas, y que tiene un gran sentido común, no dé por cerrada la ordenación del territorio de Gran Canaria respecto al gas. En una cuestión tan importante como esta no son suficientes ni los acuerdos plenarios del Cabildo ni las encuestas realizadas con otros fines. Ahora ha llegado la hora de conocer la opinión específica de los grancanarios sobre este tema y así debe de hacerse, por cierto, al margen de los pareceres de los partidos políticos, que deben dejar libertad de voto a sus afiliados y simpatizantes, pues la disciplina de voto puede distorsionar el resultado. No se trata de escoger entre renovables y gas, sino de sustituir inmediatamente el petróleo por gas, y enseguida, a continuación, ir sustituyendo el gas con las renovables conforme un riguroso calendario. La afirmación del Sr. Morales de que "apostar por el gas frenaría las renovables", si hay una negociación seria, es una objeción absolutamente gratuita. Por ejemplo, exija a la Administración central que si destina 300 millones para el gas, destine al mismo tiempo otros 300 a las renovables. Por cierto, el Estado haría dejación de sus obligaciones constitucionales, al margen del partido que gobierne, si llegado el momento no declara de interés general la construcción de la planta de gas. He leído con cierto regocijo que, como tiene que ser, en una instalación básico para nuestra economía, "El Puerto de la Luz instalará una planta de gas para suministrar a los barcos". ¿El presidente del Cabildo y los ecologistas de turno, se van a oponer también a esta iniciativa, ya que el puerto es parte de Gran Canaria?

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