Unánime ha sido la opinión de todos los partidos políticos: las partidas de gasto e inversión para Canarias en las cuentas estatales resultan insuficientes. El elevadísimo nivel de desempleo que sigue soportando el Archipiélago, pese a los esperanzadores datos de los últimos 16 meses de descenso del paro, obliga a no dejar pasar ni una sola oportunidad para apuntalar el crecimiento. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2016 es la iniciativa económica y financiera más relevante del año y hasta puede condicionar la próxima legislatura.

El texto legislativo presentado esta semana por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, revela que la recomposición de las relaciones entre Canarias y el Estado tiene ante sí todavía un largo camino por recorrer.

Tanto es así que la propia Coalición Canaria (CC) ya ha anunciado que presentará una enmienda a la totalidad a las cuentas del Gobierno de Mariano Rajoy. Matices de pura lógica electoral al margen, lo cierto es que los 123 euros por habitante de inversión estatal directa sitúan a los canarios como los españoles que peor parados salen.

No zanja esa carencia el que la cuenta global de los fondos remitidos por Madrid crezca un 11% con respecto al pasado año. Para llegar a ese número hay que sumar partidas como la que abarata a la mitad el precio de los billetes de avión a los residentes canarios o la que subvenciona el transporte de mercancías hasta la Península. Ambas solo intentan poner en igualdad de condiciones a los ciudadanos y empresarios de un territorio alejado y fragmentado. Esas dos condiciones se dan por descontadas y, por tanto, no deben sumar en un presupuesto que realmente intente repartir justicia entre todos los habitantes del Estado. En líneas generales, los presupuestos estatales son continuistas pero insuficientes a todas luces para el Archipiélago.

El presidente Fernando Clavijo ha sido más tibio en la reacción que su propio partido y, sin ocultar que "no son suficientes", prefirió fijar la vista en los avances, que los hay, gracias al nuevo clima creado con el Gobierno en el que ocupa un destacado lugar José Manuel Soria. Cierto es que la anualidad para el convenio de carreteras de Canarias crece en 40 millones de euros con respecto al año pasado, pero también lo es que se queda muy lejos, a 129 millones de euros, de los que le corresponderían por el convenio suscrito entre las administraciones central y autonómica. La desviación alcanza ya los 755 millones de euros desde 2012. Los fondos de la caja aún no se han recuperado en toda su dimensión, cierto, pero chirría encontrar una partida de 250 millones de euros para la circunvalación de Santiago de Compostela, seguro que muy necesaria pero cuyo coste casi triplica el total de lo que reciben las Islas para todas sus vías.

Sin embargo, el presidente canario hace bien en no lanzarse a la batalla a las primeras de cambio. Sabe que resta aún abordar una larga tramitación parlamentaria y que, a las puertas de unas elecciones generales, el PP tiene que abrir la mano para que quienes sean sus candidatos en las Islas cuenten con argumentos ante los votantes. A este respecto, el secretario general del Partido Popular (PP) en las Islas, Asier Antona, fue muy claro al afirmar que los suyos van a pelear partida a partida para conseguir mejorar el posicionamiento de Canarias a través de enmiendas en el trámite parlamentario.

En el mismo tono electoral, el dirigente popular palmero no ahorró críticas contra los socialistas por su "rabieta" permanente. Ese es otro de los terrenos en los que se juega la partida, porque si bien CC puede mantener sus expectativas dentro del clima de diálogo interadministrativo instaurado por Clavijo, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no dejará pasar ni una, dado que se está disputando con el PP el liderazgo electoral en el país. La diferencia de actitud convierte a nacionalistas y socialistas en extraños vecinos en el Consejo de Gobierno de Canarias, al menos hasta que se resuelva la incógnita de las próximas elecciones generales.

Antes de que eso ocurra, el PP tiene que haber mejorado las cifras para el Archipiélago. Un territorio alejado es caro, pero quienes habitan en él no deben ni notar que el Estado plantea la cuestión en esos términos. Cierto es que la práctica totalidad de las comunidades autónomas que integran España se quejan de lo que les ha tocado en este proyecto de presupuestos, pero también lo es que las necesidades de las Islas son al menos iguales, cuando no mayores, que las suyas. No puede ocurrir que no se consigne ni un solo euro para un plan de infraestructuras turísticas que debe garantizar, en parte, el futuro del sector que sostiene la economía canaria. Sin ir más lejos, tampoco resulta muy presentable que la inversión por habitante vuelva a quedarse muy alejada de la media nacional, incumpliendo así, una vez más, el Régimen Económico y Fiscal (REF). Son solo dos muestras del margen que tienen las cuentas para ser mejoradas y de la necesidad de que se mejoren.