Amigo Lucas, te aseguro que el próximo sábado viviré el día 15 con mucha alegría por ser la fiesta de la Virgen de la Asunción a los cielos en cuerpo y alma y por ser en especial el Aniversario de mi sacerdocio. Sí, fue en ese día grande de agosto de 1965 cuando el obispo Pildain nos ordenó de sacerdotes a los nueve compañeros en el pueblo de Agaete siendo rector del Seminario D. Manuel Alemán Álamo. Por ello desde aquí felicito de corazón a todos ellos: Salvador Alemán, Fernando Bautista, José Luis Álamo, Pedro Álamo, Pepe Alemán, Diego Monzón, Antonio Melián y Vicente Santana. Oye, aún me parece que oigo al obispo Pildain en su homilía cuando nos decía que rezáramos bien a diario y que tuviéramos a los pobres siempre junto a nosotros como los mejores guardianes del reino de los cielos. Sí, fue ese gran obispo vasco quien nos animó a estar siempre del lado de ellos porque eran los mejores amigos del mismo Jesús. Te confieso que el gran Pildain fue un hombre grande y un valiente obispo que llegó una vez hasta a cerrarle las puertas de la Catedral al mismo Franco cuando vino a Canarias. Al parecer el cierre lo ocasionó la fiesta de bailes que se montaron con tal ocasión. Oye, te puedo decir que aún me veo en aquella mañana del día 15 tumbado en el altar de Agaete oyendo con emoción al pueblo rezar y cantar las letanías de todos los santos. Hombre, con el tiempo la historia de los nueve ordenados ha sido algo diferente ya que seis compañeros por razones distintas pararon el sacerdocio y tres seguimos aún remando en la Iglesia a todo pulmón, no tanto como al principio, ya que los años nos hacen visitar con más frecuencia a los médicos para poner remiendos. Oye, desde este espacio y hoy domingo, desde Radio Faycán a las 9 y media, felicito a los nueve marcados aquel gran día, pero en especial a los tresque todavía seguimos viviendo el sacerdocio con fuerza: Vicente Santana, aquel compañero de Tirajana que comía higos pasados en las clases de álgebra con el profe D. José Espino; a Diego Monzón, de Tenteniguada, que compartía ciruelas y aceitunas de la tierra y me felicito también a mí, que era del pueblo de Jinámar aunque mis raíces sean de Valsequillo y naciera en Carrizal de Ingenio durante una zafra de tomates por ser mis padres aparceros.
Amigos lectores, hoy les pido que recen algo por los nueve que fuimos buenos compañeros, siempre unidos como piña a pesar de algunas trastadas que hacíamos a nuestros profesores D. Juan Ramírez, D. José Déniz y D. Manuel Alemán... D. Efraín... Recen con ganas por nosotros el próximo sábado 15 de agosto y supliquen con fe a la Virgen de la Asunción por todos los que dimos el paso para que nos proteja día y noche y nos bendiga. De verdad que desde este minuto felicito a María, la Virgen Asunta a los cielos, a quien el 1 de noviembre de 1950 el papa Pío XII declaró dogma su Asunción a los cielos diciendo en su discurso: "Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial".
Amigo Lucas, desde este minuto felicito con alegría a todos los que aquel gran día 15 de agosto dimos un paso grande en la vida sabiendo que falta menos, después de 50 años vividos de sacerdocio, para encontrarnos no muy tarde en la Meta del Cielo donde ya están gozando de Dios para siempre los compañeros Pepe Alemán y Fernando Bautista. Termino recordando a los amigos de Jinámar que el sábado 22 a las 8 de la tarde, al ser aniversario de mi primera misa, celebraré la Eucaristía en aquella bonita iglesia a las 8 de la tarde, acabando con algún refresco juntos y recordando nuestra niñez y juventud vivida en aquel precioso pueblo que con humor algunos llamaban Rusia la Chica.
