Las dramáticas fotos de la prensa, las desoladoras imágenes que nos muestran los telediarios, ponen de manifiesto, una vez más, la ausencia de solidaridad en el seno de la Unión Europea para paliar la tragedia de la inmigración. En mi opinión, el hecho que resulta más indignante es la falta de implicación de los países colonizadores en África, que expoliaron aquel continente para llevarse las riquezas naturales a casa, como en el caso de Bélgica, cuyo rey Leopoldo II explotó hasta la saciedad las minas de diamantes del Congo-Belga, como si se tratara de una empresa privada que hubiera heredado de su belga familia. Y lo mismo puede decirse de Inglaterra, que explotó, entre otros países bajo su control, Kenia o África del Sur, con su inmensa riqueza en materias primas, como si los nativos de las colonias africanas fueran esclavos a distancia para mayor gloria de Buckingham Palace (por no mencionar ahora el desastroso asunto de La India, o su polémica presencia en China, o sus mandatos en Irak o en Palestina, cuyos conflictos continúan hasta hoy). Tampoco Francia puede lavarse las manos como Pilatos, pues ella mandaba en lo que hoy en día se conoce como la región del Magreb, en el norte de África. Espero que, en resumen, haya quedado claro que la situación de pobreza extrema y hambruna en África es consecuencia de las políticas coloniales de aquellos países que expoliaron el continente africano para largarse a casa después (con los bolsillos llenos, evidentemente). Sin embargo, ahora, con su actitud, dan a entender que el problema no lo tienen ellos, sino Grecia, Italia o España (que nunca han sido potencias coloniales en África).

¡¡¡Manda eggs!!!

Delfín Juan Gil Moreno