Nos la están dando, secretamente, arteramente, por detrás. Mientras por delante, la fachada es el drama representado en Europa por la lucha entre austeridad (Alemania) y antiausteridad (Grecia) que nos mantiene preocupados, atentos, se está desarrollando por detrás -en silencio- la preparación del Tratado Trasatlántico de Comercio e Inversión, TTIP, por sus siglas en inglés. ¡Atención! ¡Cuidado! Es una trampa. El -así llamado- Tratado de Libre Comercio entre USA y la Unión Europea, no es libre, e incluye pérdida de soberanía.
Explica Vicenç Navarro en su artículo Los superpatriotas que venden la patria (Público, 6 de agosto): "El punto clave donde ocurre la pérdida de soberanía es en el establecimiento de un tribunal que tendría la última palabra en cualquier conflicto legal entre el gobierno de un Estado... y las grandes transnacionales que invierten en aquel país. Este tribunal, conocido como Investor-State Dispute Settlement (ISDS) en inglés, decidirá quién tiene razón en cualquier disputa entre un Estado y una empresa extranjera que invierta en ese país, siendo su decisión inapelable"
USA también está elaborando el TPP (Trans-Pacific Partnership) tratado similar al que se intenta con la UE, pero éste con 12 países de la cuenca del Pacífico (Chile incluido). Y continúa Navarro: "Los mayores sindicatos (de USA: AFL-CIO, comparables a nuestros UGT y CCOO) se han movilizado masivamente en contra. No así el Partido Republicano y el aparato del Partido Demócrata, dirigido por la Administración Obama, que lo apoyan".
La llama de Obama
La llama de Obama oscila con el viento hacia donde el viento la lleva. Ahora Obama quiere que encajemos el TIPP.
Raro bicho, este Obama. Parecía deseoso de terminar su período de pato cojo pasando a la Historia con logros como su Obamacare -¡por fin protección médica en USA!-, como su apertura a un Irán desnuclearizado ad hoc, como su ecodefensa reduciendo las emisiones de CO2, y como -¡era hora!- el cierre de Guantánamo. Pero ahora, casi subrepticiamente, quiere que USA y Europa encajen el TPP y el TIPP, tratados arteramente llamados de libre comercio, que no lo son.
Un ejemplo flagrante es el juicio que la Philip Morris -multinacional si las hay- hace contra los gobiernos de Uruguay y Australia porque sus propagandas contra el tabaco (los cartelitos de fumar mata o produce impotencia, que conocemos bien) disminuyen sus ventas. Y hay otras demandas semejantes: una multinacional francesa, Veoli, de gestión de residuos (sabe mucho de basura) contra el gobierno egipcio por... ¡aumentar el salario mínimo!
Son demandas por miles de millones -sí, miles de millones- de euros, que serán resueltas por un tribunal secreto -sí, secreto- cuyas decisiones serán inapelables -sí, inapelables- como en El Proceso de Kafka, y cuyo costo terminaremos pagando nosotros. Sí, nosotros.
Las multinacionales como Microsoft, Disney, Sony, Dupont, etcétera. Exxon y las petroleras (demandando a Canadá y Ecuador por limitar su exploración y explotación antiecológica), las farmacéuticas, Eli Lilly, Merck,... Todas esas corporaciones están apuradas por firmar el tratado ya, ahora, mientras esté Obama que lo apoya, porque Hillary -o quien sea elegido- no se sabe para dónde apuntará.
En USA, no sólo se oponen los sindicatos. La vehemente senadora demócrata Elizabeth Warren, aliada de Obama en muchas cosas, ahora lo enfrenta airadamente al respecto. También se opone Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, y una de las mentes más lúcidas actualmente. Stiglitz no sólo se opone sino que además colabora con los abogados defensores en algunas de las demandas que ya existen.
Del muy interesante artículo: 7 preguntas sobre el TTIP cuya respuesta deberías conocer, de Julio González García. eldiario.es 20/11/2014 , transcribimos aquí el punto 5:
"Los cinco riesgos mayores para la ciudadanía europea serían los siguientes: 1. Pérdida de derechos laborales, ya que EEUU sólo ha suscrito 2 de los 8 Convenios fundamentales de la OIT. 2. Limitación de los derechos de representación colectiva de los trabajadores. 3. Olvido del principio de precaución en materia de estándares técnicos y de normalización industrial. 4. Privatización de servicios públicos, por el establecimiento de una lista reducida de aquellos que no se pueden privatizar. 5. Riesgo de rebaja salarial, teniendo en cuenta el efecto que pudiera tener el NAFTA -y los sueldos más bajos de México- y el eventual acuerdo transasiático".
El discreto secreto
Lo notable de estas negociaciones para el TTIP que se vienen realizando desde hace ya tiempo, es su secretismo. Poco y nada se puede saber de ellas, los negociadores son parcos y elusivos cuando son entrevistados (han firmado promesa de guardar silencio) y la prensa oficialista o semi (la gran mayoría en España) hace mutis -literalmente- por el foro.
Afortunadamente aparece Superman-Batman-Wikileaks, con una pequeña selección de documentos filtrados (los que entiendan inglés: https://www.youtube.com/watch?v=bPIsjH25GHo) que no sólo confirman lo peor, sino que además agregan las reglamentaciones de propiedad intelectual, que se convertirán en censura -sí, censura- previa. Hasta podrán cortar tu acceso a la red. Y el mío.
Julian Assange, Mister Wikileaks, más encanecido aún tras su largo asilo en la embajada de Ecuador en Londres, acaba de ofrecer 100.000 euros (colectados por sus seguidores en crowfunding) de premio a quien aporte más documentos filtrados. La cuestión es saber de qué se trata, qué se está tratando y acordando en las tan secretas negociaciones.
Un cuento
Mi maestro -uno de ellos, Leo Sala- definía al cuento como algo que se podía contar. Y él lo hizo, contándome uno muy bueno de Andreyev, que era el relato de un terrible dolor de muelas que tuvo un día hace unos dos mil años un buen señor hebreo, mientras su sobrino lo distraía hablándole de un joven maestro que se creía rey de los judíos y que estaban llevando a crucificar, -¡No me distraigas con nimiedades!- dijo el hombre -y tráeme ya algo para calmar este terrible dolor de muelas!
Sin llegar al extremo de lo que cuenta el excelente, y hoy casi olvidado, cuentista ruso, es habitual que importantes sucesos, hasta los que cambian la Historia de la humanidad, pasen desapercibidos.
Pues la firma -si sucede- del TTIP puede ser uno de esos sucesos que cambian -en este caso para mal- secretamente la Historia. Veremos qué pasa en España, cómo enfrentan esta situación la derecha del PP, el centro del PSOE y la izquierda de Podemos. Veremos quién intenta ponerle el cascabel a este gato tan arisco, tan secreto, y tan peligroso. No tenemos en España, en Europa, ni una Elizabeth Warren ni un Stiglitz que nos defiendan. Veremos qué haremos con lo que hay. Pero algo hay que hacer.
