La Provincia - Diario de Las Palmas

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Sólo será un minuto

El final del sueño

Félix: "Suelo tener sueños escalofriantes. Y eso es malo cuando, además, poseo el maldito don de recordarlos. Eso me pasa por ver antes de acostarme películas de terror. Cuando más desagradables, mejor. Debería ver comedias románticas. Si fuera inteligente, claro. O porno. Pero no: me trago cine de miedo y luego lo pago durmiendo para tener despertares poco recomendables. Quizá me guste sufrir. O sin quizá. En todo caso, la película de ayer no era de sustos, aunque tampoco era Dumbo precisamente. Era El Padrino. Mafia y esas cosas. No la vi entera pero sí lo suficiente para irme a la cama con una buena dosis de asesinatos de todo tipo en la retina. Cuando el sueño ha sido especialmente intenso apunto al despertarme todo lo que recuerdo del viaje onírico, así que puedo contarlo con bastante detalle, pero omitiré lo más absurdo, como el hecho de que el coche que conducía fuera de Fórmula 1. Y no es nada sencillo conducir un vehículo así por las sinuosas carreteras de Sicilia. Llegué a un pueblo y aparqué en el centro de la plaza. Al bajarme noté que todo el mundo me miraba con sorpresa. Y temor. En la vida normal soy tímido y discreto pero en los sueños me crezco, y en lugar de acobardarme, aquella reacción me envalentonó. Todas las caras eran conocidas. Familiares, compañeros de trabajo, vecinos. Vi a mi jefe sentado en la terraza de un bar bebiendo una cerveza y me acerqué. Cuando se dio cuenta de mis intenciones se levantó y echó a correr. Caramba, pensé, esto empieza a gustarme. Bebí un sorbo de su cerveza (la malicia onírica le dio un sabor a leche de soja) y seguí paseando. Los letreros estaban en italiano pero lo entendía todo. Me crucé con mi amigo Luis, que cambió de acera. Lo mismo que mi esposa Sandra y mi amante Luisa. Y de pronto, vi a alguien que era igual que yo. Idéntico. Como si fuéramos gemelos. Iba vestido de negro y no huyó de mí. Sacó de la gabardina una escopeta recortada y me apuntó. 'Te dije que no volvieras nunca a este pueblo, traidor', dijo, y apretó los dos gatillos con una carcajada".

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