Mientras tanto, nos horrorizan con un Putin de colmillos sangrantes, una China que se quiere comer el mundo empezando por unas islitas del Pacífico, y un terrorismo islámico que asesina y decapita, obstinada, pública y publicitadamente. Ésta es la única amenaza real. Las otras no. Putin no ha hecho más que defender su territorio frente el putsch pro-OTAN en Ucrania, cosa que hubiera hecho cualquier gobernante serio en su situación, ruso o no; y China nunca fue ni será expansionista. Siempre tuvo bastantes problemas en casa como para buscarse más en el exterior (un polígamo con muchas mujeres exigentes no quiere las del vecino). El terrorismo islámico sí es una amenaza real. Las otras no lo son.
Medio Oriente es donde está el problema. USA, Europa, deben recurrir a apoyar a una dictadura fea como Egipto y a una democracia coja (flirtea con el Appartheid) y muy agresiva, muy trigger-happy (rápida de gatillo) -y además nuclear- como Israel.
El pacto de las 5 + 1 con Irán del 14 de julio -si es finalmente aprobado en USA- cambiará el tablero, el panorama. Ahora el capo de la familia (nunca mejor dicho) saudí, el otrora casi todopoderoso, único gran aliado musulmán -suní- rebalsando petróleo, deberá compartir poder e influencia en la zona con su enemigo Irán -chií-, también lleno de petróleo. Ambos serán supuestamente nuestros aliados (en los 5 + 1 está la UE, o sea nosotros) en la guerra contra el terrorista Estado Islámico. Y eso está -o estaría- bien. Mientras dure.
Pareciera ser que Obama, o el Pentágono, o ambos (mi correo secreto allí no me lo aclara), comienzan a ver más claro y a usar más la diplomacia, en vez de los torpes manotazos de ciego que fueron Irak, Afganistán, y -sobre todo- Libia. No sabemos quién dirige la política exterior USA ahora -desde luego que no es Kerry-, pero quien sea, se ha puesto las gafas y ve mejor.
