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Opinión

Los retos de una legislatura clave

Canarias acaba de elegir el Gobierno que gestionará la comunidad durante los próximos cuatro años. No será esta, ni mucho menos, una legislatura de transición. Muy al contrario, el Ejecutivo que preside Fernando Clavijo afronta de forma ineludible una serie de retos que van a marcar nuestro futuro.

REF económico. La parte fiscal del Régimen Económico y Fiscal de Canarias ya está aprobada y, al parecer, en marcha. No sucede lo mismo con la parte económica. Esta pata ha de aprobarse cuanto antes, este mismo año si fuese posible. Porque el REF económico es un aspecto consustancial de nuestra economía, básico para compensar nuestras carencias. Este constituye un asunto de Estado para Canarias, no una cuestión de partido.

Y, por supuesto, tenemos que garantizar un cumplimiento inédito hasta ahora de este documento. Por eso, el Gobierno canario ha de dar un paso más y presionar para que nuestras especificidades estén contempladas en la Constitución, de la misma forma que las contemplan los Tratados de la Unión Europea. Así, aseguraríamos su blindaje y cumplimiento gobierne quien gobierne y con independencia de la coyuntura económica.

Diversificación de la economía. Canarias tiende a los monocultivos económicos, desde los tiempos de la cochinilla hasta la actual dependencia del turismo. El nuevo Gobierno ha de aplicar políticas especificas que desarrollen economías alternativas al turismo, tanto en agricultura, industria o ganadería o tecnología. Todos estos son sectores a los que les falta el peso suficiente para tirar de la economía canaria y que deben convertirse en fuentes de ingresos y empleo.

Como muestra un botón: el consumo interno de productos canarios apenas alcanza el 8%. Por eso, cada vez se hace más patente la necesidad de un gran pacto por la economía alimentaria canaria propiciado por el Gobierno canario entre la hostelería, el turismo, las grandes superficies y las cadenas de supermercados con los sectores productivos como ganadería e industria.

Puertos y aeropuertos. Son elementos fundamentales en los costes de producción de la economía canaria. Por eso, el Gobierno ha de implementar políticas que conduzcan a unas tarifas diferenciadas del resto de España, dado que nosotros no tenemos alternativas de transporte como sí sucede en la península. Estas infraestructuras no han de ser un negocio en sí mismas, sino unas propiciadoras y potenciadoras de la economía.

Fin de la moratoria turística. La Ley Turística ha frenado la evolución y reconversión de los negocios turísticos. Con su derogación no ha de perseguirse captar suelo nuevo, sino operar en el ya autorizado. Esto permitirá que el turismo diversifique su oferta de la forma que crea conveniente.

Esta industria lleva 50 años en Canarias. Es, por lo tanto, un sector maduro, cuyos actores conocen mejor que nadie lo que la demanda requiere. Por eso, el Gobierno no debe tratar de definir cómo ha de ser su desarrollo: esta es una potestad de los empresarios y del mercado.

Mejora de la vida política de Canarias. Se impone reformar tanto el Estatuto de Autonomía como la Ley Electoral. Tenemos, para ello, que contar con expertos independientes que elaboren informes precisos. El objetivo, reducir costos de la autonomía y hacerla ágil y eficiente. El Gobierno canario, de esta manera, solo se ha de preocupar de los temas regionales, como la economía, la sanidad, la educación, las relaciones con la Unión Europea o el transporte regional. El resto de competencias han de traspasarse a los cabildos y a los ayuntamientos, que son los que conocen al detalle las peculiaridades de cada isla.

Con esta reestructuración se hace necesaria, a su vez, una reforma de la Ley Electoral. Los que se presentan al Parlamento regional han de pensar solo en la comunidad y formar parte de una lista regional única, dado que sus competencias ya no serán insulares. El tamaño del Parlamento, a su vez, debería menguar respecto de los 60 escaños actuales. El reparto de los fondos regionales entre islas se decidiría por criterios definidos, como población, territorio, renta per cápita, necesidades sanitarias?

Cada administración por último, ha de hacerse responsable ante la ciudadanía del uso de los impuestos que gestiona. Los territoriales como el IGIC o Aiem seguirían en manos del Gobierno canario, pero otros puramente insulares han de ser recaudados por los Cabildos.

La energía. El Archipiélago ha de dejar atrás las tensiones sobre la energía y buscar puntos de encuentro que posibiliten definir la política energética para los próximos 20 ó 30 años. Necesitamos un plan consensuando entre todas las fuerzas políticas con el objetivo de que se desarrolle una planta de gas, un combustible menos contaminante y más barato que el petróleo, con un plan de crecimiento paralelo de la energías renovables. Tenemos que dar con un mix energético adecuado, fruto del estudio y el consenso. Porque las peleas lo que logran es que al final se paralice cualquier iniciativa.

La enseñanza. Se impone lograr una sociedad más preparada, desde la educación básica hasta la universidad. Un país con un nivel cultural alto es un país con una clase media extensa en el que el sistema democrático funciona bien, a salvo de populismos e inestabilidades.

La enseñanza ha de recibir un impulso de calidad, que le permita recuperar unos niveles básicos elementales. Por ejemplo, en los idiomas: logremos que los niños empiecen a hablar inglés y alemán desde sus primeros pasos. La universidad, por su parte, ha de estar orientada a la realidad económica: no podemos estar creando plazas para las que no hay demanda.

Proyecto de gran vecindad. Europa tiene una política de gran vecindad con el objeto de relacionar la regiones periféricas con sus países limítrofes. Este podría ser el camino adecuado para potenciar las relaciones económicas, culturales y de servicios con países como Marruecos, Mauritania, Costa de Marfil o Cabo Verde. Este punto es de gran importancia: está en el interés de Canarias crear una zona de influencia canaria en el continente africano, algo que encajaría muy bien con el proyecto del REF económico de potenciar la internacionalización de la empresa canaria y nos permitiría convertirnos en la parte de Europa más cercana a este continente.

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